El rock se opone al servicio militar Insumisión rima con canción

Un rescate histórico sobre el fin del Servicio Militar Obligatorio y la función de la contracultura en tiempos en que algunas voces pretenden su regreso

Por Leonardo Rodríguez

El domingo 6 de marzo de 1994 Omar Carrasco, un tímido muchacho de 18 años que llevaba apenas tres días de instrucción en el Grupo de Artillería 161 de Zapala en Neuquén, falleció por la golpiza de sus superiores. La primera reacción de las autoridades del destacamento fue esconder el cuerpo y declarar a Carrasco desertor. Un mes después apareció en los fondos del cuartel el cuerpo sin vida de Omar y la bronca del pueblo que exigía justicia apuró la derogación del Servicio Militar Obligatorio.

Argentina tuvo Servicio Militar Obligatorio desde 1902 hasta 1995. La historia del crimen que precipitó el final de la colimba es más o menos conocida, pero esa es la superficie, quizá podamos detenernos un minuto a mirar que había debajo del iceberg.


Conscripto Omar Carrasco


Colimba fue el modo coloquial con que popularmente se llamó al servicio militar obligatorio, porque allí sólo se iba a COrrer, LIMpiar y BArrer. Y, eventualmente, el trato cruel que el superior dispensaba al subalterno, desprotegido, podía terminar en el asesinato. Omar Carrasco no fue el único conscripto muerto en un cuartel mientras hacía su instrucción, pero resultó el último. Y como no fue el único, al momento en que el presidente Carlos Menem decidió terminar con la colimba, un movimiento cultural, con vínculos en las luchas por los derechos humanos, aunque pequeño y quizá con poca capacidad de acción política, llevaba años reclamando la medida. En 1982, a instancias de la presentación que Pablo Pimentel, de la APDH (Asamblea Permanente por los Derechos Humanos), realizó para que su hijo no cumpliera la conscripción, se creó el FOSMO (Frente Opositor al Servicio Militar Obligatorio).

Aunque un paso antes, cuando no, el rock había lanzado su botella al mar, y los vidrios se astillaron contra la escollera de las conciencias dormidas. Charly García compuso en 1975 la genial, y censurada, “Botas locas” que decía: “Yo forme parte de un ejército loco / tenía veinte años y el pelo muy corto / pero mi amigo, hubo una confusión / porque para ellos el loco era yo / Es un juego simple el de ser soldado: ellos siempre insultan, yo siempre callado (…) Amar a la Patria bien nos exigieron / si ellos son la Patria, yo soy extranjero”.

Ya para el ‘92 varias bandas del circuito subterráneo porteño decidieron apoyar la causa del FOSMO y tomaron dos veces el anfiteatro del Parque Lezama. Desde sus nombres lo dicen todo: Estado Mayor Conjunto, Detenido Desaparecido, Insumisión Total (cuyo cantante era él mismo un objetor de conciencia).

La prueba solidaria sin embargo sería dos años más tarde. Mientras el ejército borraba pruebas y encubría criminales, un ómnibus partía desde Buenos Aires rumbo a Cutral Co y Neuquén cargado de amplificadores y guitarras en apoyo a la familia Carrasco y la lucha del pueblo patagónico que se había nacionalizado.

Tocaron las bandas locales Látigos, Acorazado Neuquén, Aonikenk junto a La Banda del Cuervo Muerto, Los Brujos y Todos tus Muertos. Menem había declarado que todos los que estaban detrás del pedido de derogación del servicio militar eran Montoneros y el municipio neuquino decidió suspender el concierto. Los músicos y los organizadores locales tomaron el estadio y el recital se hizo de todas maneras. Sobre el final del show de Todos tus Muertos una granada de gas lacrimógeno quiso espantar a la concurrencia que se quedó igual.

Ese año Hermética publicó la canción “Del colimba”: “Mirando el sol / desde un cuartel / Uno entre tantos / de la patria grande / Se va el Domingo y yo maldigo mi suerte / pues por azar aquí estoy vestido de verde”; la revista Juventud Perdida titula “No marches a los cuarteles de la muerte” y regala un cassette con canciones punk antimilitaristas.

Diecisiete años después, la conductora televisiva Susana Giménez declaro que “la vuelta de la colimba sería una solución para un montón de chicos (…) los sacaría de la calle” y el diputado sojero Alfredo Olmedo, que se manifestó contra la ley de matrimonio igualitario, lo hizo a favor del Servicio Militar Obligatorio para “volver a los valores patrios”. Hoy que Fuerza Republicana lleva como candidata a diputada en Tucumán a Josefina Bussi, quien comparte boleta con su padre Ricardo Bussi, que se postula al Senado propone “el servicio militar obligatorio para aquellos jóvenes que no trabajan ni estudian”, o que el gobernador peronista por Catamarca, Raúl Jalil vocifera que una de las maneras de instruir a los jóvenes es con la vuelta obligatoria a los cuarteles, vale la pena ejercitar el músculo que mejor pega, el de la memoria.

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