Tras las huellas de “Let’s Linch the Landlord”

El Punk, desalojos y guerra de clases en California. Un relato de entramados políticos, negocios inmobiliarios y un alto grado de conflictividad social detrás de la canción, en esta primera parte de la historia de la canción de Dead Kennedys.

Por Javier Becerra


Michael Stewart Foley es un historiador dedicado al estudio de los conflictos sociales en California y como parte de su objeto de estudio ha incluido el análisis de la obra de los Dead Kennedys. Afirma, entre otras cosas, que “Let’s Linch the Landlord” del álbum debut de la banda (Fresh Fruit for Rotting Vegetables, 1980), bien podría estar dedicado a la entonces alcaldesa de California Diane Feinsteine. Una Historia de entramados políticos, negocios inmobiliarios y un alto grado de conflictividad social están detrás de la canción.

Comúnmente se tiene a New York como el gran epicentro de la decadencia de las grandes ciudades norteamericanas de finales del Siglo XX, plagadas de desalojos, marginalidad y pobreza. Películas como The Warriors, Taxi Driver, Escape de New York o Fuerte Apache lo graficaron de ese modo quedando como magníficos retratos de una realidad que el mismo cine se encargó de borrar de un plumazo a partir de la década de 1990 con la presentación de una ciudad solo para ricos. Sin embargo, California, al otro lado del país, no se quedaba atrás en lo más mínimo. Ambas ciudades, además, con diferencia de unos pocos pero cruciales años que serán determinantes, dieron origen a los movimientos punk más importantes de Estados Unidos. Aunque en New York las “condiciones del medio” no dieron origen a un movimiento punk politizado, en California sí. La diferencia de edad de los protagonistas, no enorme pero crucial para definir rumbos, y los sucesos políticos, económicos y sociales ocurridos entre 1975 y los primeros años de la década de 1980, bastaron para marcar el contenido y la forma de las bandas punk de ambas costas. Dead Kennedys, sin dudas, es la expresión más acabada de lo que puede considerarse una banda “politizada”.


El “Cordón rojo” para evitar el desalojo del Hotel Internacional.

Fresh Fruit… es un álbum que podría ser analizado en profundidad tema por tema. No hay canción en él que no posea un contenido asociado a la realidad político social de Estados Unidos en general y de California en particular. Pero “Let’s Linch The Landlord” es la que abordó una cuestión cruda y vital para cualquier ser humano: el problema de la vivienda. Precisamente, por ese carácter de vital, la vivienda se convirtió en uno de los mayores objetos de especulación por parte del capitalismo especialmente a mediados de los ’70. California era el epicentro en la Costa Oeste de los mismos fenómenos sociales conocidos en New York.

La canción, enmarcada por agradables guitarras surfers, nos plantea:

“El dueño está aquí… dice “voy a duplicar el alquiler porque la propiedad está condenada”.

Le digo “abran la llave del agua”, le digo “enciendan la calefacción”. Me dice que no hago más que quejarme y que entrará a desalojarme cuando no esté aquí.

Hay ratas masticando todo en la cocina y tengo cucarachas hasta las rodillas. Enciendo el horno y huele a campo de concentración nazi y la lluvia atraviesa el techo”.

La letra es bastante clara. La situación de los departamentos de alquiler era insostenible tanto desde el precio como desde las condiciones edilicias. En 1978, el alquiler de un departamento para dos personas había aumentado cerca del 30 % en la zona de la Bahía de San Francisco. Para 1980, el valor del alquiler de un departamento con dos habitaciones se había duplicado en solo dos años pasando de 300 dólares a 600. Los propietarios, por su parte, no invertían un centavo en refacciones de ningún tipo. Toda esta situación, sin embargo, tenía un recorrido de bastantes años. Durante la década de 1960 había comenzado el desplazamiento de los sectores populares de San Francisco con el inicio de la llamada “gentrificación” de la ciudad, aunque el termino más adecuado sería el de “desposesión”, término acuñado por el supervisor de San Francisco David Harvey asesinado en 1979. El achicamiento del empleo producto del cierre de diques y astilleros (escaló el 8 %, los números más altos desde la Crisis del ’30) empujó a muchos a suburbios más económicos y alejados que por supuesto, contaban con menos servicios.



La afirmación de Foley es correcta. “Let’ Linch the Landlord” originalmente se llamaba “Let’s Linch the Major” y estaba dirigida contra la alcaldesa Diane Feinsteine, sobre la que volveremos más adelante. La letra que conocemos a partir del registro del álbum de 1980 cuenta con un llamado a la acción: “sabes que podemos hacerlo. Linchemos al propietario”. Dead Kennedys no hacía más que sumarse a la atmosfera política del incipiente movimiento punk de San Francisco. Desde hacía algunos años otras bandas habían fundado un movimiento sobre premisas claras. El fundador de 415 Records, Howie Klein, afirmaba que “para ser del grupo de ‘chicos geniales’ de San Francisco tenías que estar en el asunto de los beneficios”. Se refería con esto a la tradición del punk de aquella ciudad de sumarse solidariamente al apoyo de las distintas luchas sociales en curso. La campaña por la libertad del Pantera Negra Geronimo Pratt, el apoyo a la huelga de los ferroviarios del área de la Bahía de San Francisco o el apoyo material a la huelga de los mineros de Kentucky habían demarcado los contornos de lo que debía ser el nuevo movimiento. Mas tarde, se sumarian a la campaña “Nix on Six” contra la Proposición 6 que buscaba expulsar a gays y lesbianas del ejercicio de la docencia.

Por primera vez en los Estados Unidos los punks se involucraban en asuntos que no eran exclusividad de los punks. La clásica postura anti represiva con canciones y lemas referidos a la situación de la ciudad evolucionaba rápidamente hacia cuestiones más generales como los conflictos sociales a escala nacional o incluso cuestiones internacionales. El escritor Alex Ogg recordaba que el punk de San Francisco se asemejaba a “una histeria contenida que recuerda a Jonatan Swift”. Dead Kennedys llevó al máximo aquella evolución. Por supuesto, todo esto no hacía más que alimentar el encono de los sectores reaccionarios de la sociedad (y de muchos progresistas también) a quienes ya les parecía despreciable el punk aun en su versión más bohemia y menos política.

Pero el problema de los desalojos en San Francisco y en toda California tenía sus antecedentes y eran de larga data. Dos grandes hitos marcarían una historia de luchas y de intentos fallidos por darle salida a la cuestión: el desalojo del Hotel Internacional con su famosa batalla contra la policía por medio del denominado “Cordón Rojo” y la Proposición 13 que se mantiene hasta nuestros días.


Versión de Faith No More

¡Te esperamos para compartir la segunda parte la próxima semana!

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