Por Mailén Álvarez
La tele no puede quedar encendida toda la noche
Fue en la calle o en la cama cuando me dijo -besame como si me amaras-
Seguimos besándonos con igual intensidad
Quizá en un momento algo de amor hubo
Nunca lo entendí y no sé por qué
Porque yo entiendo todo y el también
Nada cede, nada cambia…
Me puso la mano para que no me acerque
Y yo me vi otra vez en la desventaja de abrirme
Decir lo que siento en el momento menos indicado o el más romántico
Después de coger le pregunté si quería ser mi novio y dijo que no
Tenía razón
No nos soportábamos
No nos hablamos ni nos toleramos fuera de la habitación
Él tiene una pared en el pecho y yo lloro en cualquier lugar
Cosa que él odia
Antes de irme agarré mi libro de Polosecki y no volví a mirar atrás
Caminé rápido
No tan rápido pero si con bronca
Esta vez no lloré
Todavía no lloro
Sacarle el libro que le presté fue como arrancarme a mí misma la posibilidad de volver a
besarlo
A veces las cosas son mejor así
Siendo nada
No lo leas, es una trampa
Vas a creer que eras feliz
Y no lo eras tanto
Dejalo ahí, entre la ropa de invierno
Hasta que te animes a tirarlo
Nadie te corre
El deseo fue efímero
No intentes llorar si ya no te sale
Toma agua, acostate otra vez
Intenta dormir
(Me hablo frente al espejo que en realidad es este papel)

Frutillita
Jugábamos al juego de la copa como toda niña retorcida
También le robábamos la miel a mi abuelo cuando dormía.
Había un viejo siempre sentado, meado y cagado. Un día no lo vimos más, seguro había muerto.
Me puse feliz porque me había hartado de verlo babear todos los mediodías cuando iba a la escuela
Tenía la nariz tan roja y enorme y con una compañera le decíamos ‘el frutillita’. Que asco.
Creo que no nos perseguía porque no podía caminar y yo siempre agradecía por eso.
Había otro viejo que rondaba la escuela y se tocaba detrás de unas plantas cerca del cantero de la esquina
Solo deseaba cuando era chica que se mueran todos esos viejos y escupirles la tumba
Mailén Álvarez
Es de Longchamps, zona sur del conurbano bonaerense. En diciembre de 2024 la editorial Pequeño Cabo Suelto lanzó su único libro Puñalada.
Publicó los fanzines Bronca y Nostalgia, Tragedia (con La Ponzoña), Disparo y La sangre nuestro vestuario barato con un grupo de poetas que participan de un taller y se juntan para leer cada tanto.
La próxima fecha es el 29 de marzo en el Panda Rojo.
