Caso Facundo Astudillo Castro ¿Qué pasó con Facundo?

Se dió a conocer oficialmente el resultado del ADN de los restos encontrados en Villarino. Más allá de las irregularidades del caso, se trata de Facundo

“Mi niño salió entero a hacer ruta, el único pecado que tenía era estar enamorado y quería volver con su pareja. A mi hijo no me lo devuelve más nadie. Pero no quiero que esto vuelva a pasar. Cuando dijimos nunca más era Nunca Más en serio. Y si tenemos que salir a la calle lo vamos a hacer.”

Las cientos de personas reunidas en Plaza de Mayo resonaron en un grito sentido: “Facundo Astudillo Presente”. Era la sexta Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil, desarrollada respetando los protocolos que la pandemia impone y Cristina Castro enfrentaba el micrófono. Si bien no había aún información concluyente del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), se intuía lo peor.

El 30 de abril, Facundo Astudillo Castro había sido visto por última vez cuando lo levantaron en un patrullero en un control policial en Mayor Buratovich, localidad de Villarino, al sur de la provincia de Buenos Aires. Iba hacia Bahía Blanca y no tenía permiso de traslado.

Había salido temprano de su casa en Pedro Luro (también localidad de Villarino) con la intención de ir a dedo hasta la casa de su exnovia. Según testigos y una foto contundente, el joven había sido arrestado por efectivos de la policía bonaerense.

Cerca del mediodía, su madre Cristina recibió un llamado mientras estaba trabajando: un policía pidió hablar con la madre de Facundo Astudillo Castro para verificar el domicilio e informarle que le habían labrado una infracción por romper la cuarentena. Una hora más tarde, Cristina se comunicó con su hijo y lo retó por haber salido sin un permiso. Nunca más tuvo contacto con él.

En una causa llena de irregularidades, tres testigos ofrecieron su testimonio pero nunca fueron llamados a declarar. El Ministro de Seguridad Sergio Berni declaró a los medios “que la madre se quede tranquila, si el chico está vivo lo vamos a encontrar”, cuando en realidad la familia esperaba la separación de la Policía Bonaerense por no considerarla parcial en la búsqueda ni en la investigación.

Finalmente, el 2 de septiembre se tuvo el informe oficial del ADN de los restos encontrados en un arroyo de Villarino Viejo el pasado 15 de agosto. Y en efecto pertenecen a Facundo. Si bien era algo que se podía presentir, no deja de ser doloroso. La causa estuvo llena de sospechas, testigos falsos, amenazas a abogados y familiares directos, fake news e informaciones filtradas. ¿Cómo imaginar el sufrimiento de una madre a quién le arrancaron a su hijo y que mientras pide por él se encuentra con puertas cerradas, intereses creados, intimidaciones a diestra y siniestra? ¿Qué tan miserable puede resultar un rédito como para reírse así de ese suplicio?

La familia seguirá sosteniendo la carátula de desaparición forzada hasta poder comprobarla, informó Cristina desde un comunicado. Vemos las fotos de su “flaco” y no podemos dejar de relacionarlo con los tantos jóvenes pobres, morochos, con un estilo en su vestimenta propio de los barrios bajos a quienes la policía siempre acecha, hostiga y asesina. Según la CORREPI (Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional), los casos de gatillo fácil y muertes bajo custodia en cuarentena ya suman 102, según datos actualizados al 31 de agosto. La denuncia del organismo apunta al aparato estatal y es, como plantean sus integrantes “el resultado de una política de estado que responde a la crisis y a las demandas populares con más uniformes en las calles”. Es un hecho que entristece a una parte importante de la sociedad. Pero es necesario levantarse, salir, pensar. Que el pesar no inmovilice. Acompañar a familiares de las víctimas también es hacer la tarea periodística de manera responsable. Y así como homenajeamos a Santiago Maldonado y pedimos justicia por Luis Espinoza, lamentablemente hoy tenemos que decir ¿Qué pasó con Facundo?

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