Entrega XXVIII Diario de la Pandemia (Fase III – Escalonada/Intermitente)

Por Efraín Bucler

Día 141 – Lunes  3 de agosto

Salgo un poco más temprano para hacer unos trámites en algún cajero. Pagar cuentas es un trabajo extra, una ecuación más para resolver: qué pagar, qué no, cuánto, en cuántas cuotas. Y me consuelo con la idea que mucha gente no tiene si quiera un sueldo todos los meses. 

En el trabajo las cosas empiezan a cambiar. Se formó un Comité de Covid-19 a cargo de un médico que va a decidir los pasos a seguir en caso que alguien tenga síntomas. A la mayoría de mis compañeros les parece bien pero igual hace falta hacer una ronda de consultas con los directivos y resolver después en Asamblea. Dicen que es una medida que va a permitir mayor agilidad en la respuesta a los trabajadores, ya que Medicina Laboral no da abasto. De parte del sindicato lo vemos bien pero también entendemos que son necesarias medidas de seguridad y elementos básicos como barbijos, guantes descartables y alcohol en gel. El director Casan se queja de nuestras quejas y como siempre que no tiene razón, levanta la voz. 

“Nuestra propia infectadura”, le digo a Adrián. Me contesta que tal cual y que si implementan esta medida es porque se viene lo peor.

Escucho: “Virus propaganda” de Mal Pasar.

Día 142 – Martes 4 de agosto

Me despierto con el sol asomando a la ventana y el gato reclamando su comida de mi lado de la cama. Prendo la tele para ver qué pasa en argentina y termino poniendo un canal de música porque están todos con la expropiación de Vicentin. Y defienden la propiedad privada como si fuera uno de sus hijos. Y no dicen lo más importante de la cuestión, que la propiedad es un robo, como dicen los anarquistas.

Escucho: “El mundo es tuyo” de Cienfuegos.

Día 143 – Miércoles 5 de agosto

Mañana de frio y otra vez hay que hacer compras. O sea, hacer malabares con los precios altos y los pocos billetes. Cuando termino de pagar las deudas me quedo en cero, ya ni sé por qué cobré. Trabajar todo un mes para que no te quede plata los primeros días es un sinsentido. 

Salgo igual y me pongo la campera que está siempre colgada en el porche, fuera de casa. Y me pregunto cuándo vamos a poder vivir de la manera en que vivíamos apenas cinco meses atrás.

Escucho: “Quiero ser yo, quiero ser libre” de Los Violadores.

Día 144 – Jueves 6 de agosto

Viajo con cautela porque la llovizna y el viento molestan, no me dejan ver bien la autopista. De todas maneras, los controles son inexistentes y llego en horario al trabajo. Me llama Stella Maris de la administración porque hay unos papeles que hacer firmar. En unos minutos estoy en su despacho que sigue vacía. La compañera me dice que hay mucha gente con licencia por ser grupo de riesgo. De paso, me ofrece una rifa que está vendiendo para un hermano que está sin laburo “ni la IFE cobra, se la dan a cualquiera que no trabaja y a los que nos rompemos el lomo todos los días ni aumento”, me dice. Le contesto que voy a firmar los remitos y de paso elijo un número. 

Escucho: “Pretty vacant” de Sex Pistols.

Día 145 – Viernes 7 de agosto

Sigue el frio y tengo que subir las ventanillas del auto porque la calefacción no funciona bien. Otro problema que va tener que esperar al mes que viene. En el trabajo Adrián trae la cuestión de los elementos de protección personal, los famosos EPP. Parece que en los hospitales y en el Ministerio de Salud los entregan cada quince días y nosotros hace veinte días que estamos con los que nos dieron el mes pasado.

Así las cosas, vamos a pedirle a Casan que trabaje de director de una vez y que nos consiga la protección necesaria. Nos saca a los gritos… “Mala idea hacer trabajar a un vago”, dice el Viejo.

Escucho: “Vago” de Dos Minutos. 

Día 146 – Sábado 8 de agosto

Por fin un día templado y con sol allá arriba. 

Salgo a comprar y recibo un mensaje familiar. Papeles que firmar y trámites que ya no me corresponden, que certifican la no existencia de mi madre, como si el gobierno o el estado se ensañen en hacernos entender que murió. Camino bajo el sol, protestando contra Anses, el Pami y el banco. Pero el sol de allá arriba pide calma, pide caminar sin bronca, despacio. 

Llego a casa con unas cuantas bolsas y mercadería para sanitizar. El protocolo Bucler. Por la tarde nos preparamos para la Feria de Editoriales Independientes, que esta vez es virtual. Así que prendemos la notebook y sacamos la lista de charlas que nos interesa seguir por YouTube e Instagram.  

Un aviso grande en uno de los stands virtuales de la Feria dice que si compramos cuatro libros nos regalan uno que se llama Diarios con relatos de grandes autores contemporáneos, incluso de una que al principio de la pandemia se burlaba de los que empezábamos a escribir un Diario de la Pandemia.

Escucho: “Rise” de Public Image Limited. 

Día 147 – Domingo 9 de agosto

Otro día de sol y aprovecho la mañana para cortar un poco el pasto de la vereda. En eso veo pasar un vendedor de pan casero. Lo paro para ver qué más vende. Tienen buena pinta los panes y bizcochos. Aprovecho a darle una mano y le compro dos. En eso veo que pasa un patrullero muy despacio y le digo a mi amigo panadero que no se dé vuelta y no me hace caso. No vaya a ser que lo arresten por violar el decreto 225. Pero los saluda con una seña y el que maneja levanta el dedo índice de la mano izquierda.

Le pago con doscientos pesos, me da el vuelto, me saluda y saca una bolsa de bizcocho. Deja la canasta en el piso y los lleva hasta el patrullero. Prendo mi máquina y, contrariado, sigo cortando el pasto.

Escucho: “Socios a la fuerza” de La Polla Records.

Invitame un café en cafecito.app

Deje su comentario

No se publicará su e-mail. Los campos obligatorios están marcados con un *.