Fotografía - Ludmila Noé Captar la belleza, capturar el momento

Las fotografías de Ludmila Noé rozan la delicadeza y producen un encanto que hablan por ella. Su fuerza interna regida por el amor y la ansiedad es una mezcla turbulenta que siempre la llevan a donde quiere ir 

Por Carolina Figueredo

Captar momentos, generar recuerdos. Buscar la belleza en una flor. Contemplarla. Cada toma es un intento de que esa indagación -trascendental, epifánica- llegue a buen puerto. Y Ludmila Noé sabe bastante de eso. De la búsqueda y de la consecución. Del camino que conlleva el encanto de una imagen.

Ludmila trabaja analógica y digitalmente, aunque su corazón está con la primera técnica. Sus fotografías rozan la delicadeza de un modo muy profesional y producen un encanto que hablan por ella sin necesidad de mediar palabras. Y sus trabajos sobre proyectos musicales o esculturas y arquitectura de la ciudad así lo demuestran. “Hay mucha poesía y escenarios fotografiables en ese mundo”, asegura.

Como muchxs fotógrafxs, desarrolló su pasión desde muy chica: “mi viejo era fotógrafo amateur y en casa había pilas y pilas de fotos. Recuerdo estar durante horas sumergida entre esas cajas llenas de recuerdos, inventándome historias sobre la gente que aparecía en ellas, atando cabos, preguntando. Cuando tenía alrededor de 20 años me compré mi primera cámara réflex, una Ricoh Singlex II por $250, y me sume a un taller que se daba en el Foto Club de Tigre. Todavía recuerdo la emoción de los primeros revelados, aunque la verdad es que siempre es emocionante ver el resultado de cada disparo”. 

Luego de esa primera experiencia llegó un tiempo de estudio en la ENFO, participó de otros talleres, pero principalmente se abocó a la instrucción autodidacta, con prueba, error y paciencia. Su personalidad curiosa e inquieta -necesaria para todx buen fotógrafx- la ayudó en la senda hacia una identidad propia, “aunque creo que el aprendizaje y la búsqueda son continuos y siempre estoy abierta a lo que me pueda inspirar y llevar por nuevos caminos”. 


La Linterna: ¿Cuándo elegiste la fotografía para plasmar tu creatividad y como disciplina para tu trabajo personal? 

Ludmila Noé: Cuando tuve mi primer cámara me di cuenta que era la herramienta para canalizar mi forma de ver el mundo, de transmitir a quien quiera ver y de mostrarme a mí misma también. Creo que es como un diario ‘íntimo’ visual que me lleva a momentos, sensaciones y pensamientos que vuelven a mí al rever mis fotos. 

LL: Tu especialidad fotográfica son los proyectos musicales y la escultura. ¿Por qué estos dos ámbitos por sobre otros?  

LN: La música es mi otra forma de comunicación, las imágenes me llevan a canciones en particular, se me hace imposible no vincular estas dos cosas. Y la escultura también tiene algo muy poético, perpetuo, y me vuela la cabeza la forma en que se mezcla en la vida de ciudad y también cuando hay naturaleza a su alrededor.

LL: ¿Trabajás por encargo para bandas? ¿Te dedicás a otra cosa además de la fotografía?

LN: Estoy siempre abierta a laburar con bandas, la música en mi vida cumple un papel fundamental, ideológico y emocional así que nada más gratificante que también darle entidad a través de la foto. No es mi trabajo principal hoy por hoy pero quien sabe en un futuro, ¡ojalá! 

LL: ¿Qué es lo que más te interesa capturar? ¿Cuáles son tus ideas e inspiración? 

Donde hay personas siempre intento capturar la confianza y el amor que le ponen al proyecto que estamos retratando. Cuando ven el resultado final siento como la confianza por lo que hacen sube y eso es muy satisfactorio. Y en cuanto a inspiración, siempre películas, música, moda, escultura y arte en general. Creo que en todo se puede ver y encontrar inspiración.

LL: ¿Es la belleza terapéutica desde tu punto de vista?

LN: Sin dudas, creo que en lo bello encontramos contención, protección e inspiración y es algo tan subjetivo para cada unx que me parece súper motivante.

LL: ¿Qué proyecto personal te ha dado mayor satisfacción? 

LN: En cuanto a lo fotográfico cada vez q trabajo con amigxs es una inyección de energía y eso me llena muchísimo. ¡La confianza y la libertad mientras se labura en la sesión es todo! Y después la banda que tengo con mis amigxs, Serpiente, es una gran transmutadora de emociones.

LL: Trabajás en analógico y digital, ¿qué diferencias sustanciales encontrás en cada técnica? ¿Qué equipos y accesorios utilizás?

LN: Lo digital en cuanto a inmediatez y economía me parece bárbaro, pero lo analógico es casi poético. Siento que todo el proceso desde que uno carga el film, hasta el revelado y las copias en papel le agrega mucho corazón a la obra. Soy bastante fanática de lo artesanal en general, por eso me llega más fuerte. En cuanto al equipo y a los accesorios no uso algo específico, puedo usar desde Toy Cameras, Reflexs, con algún gran angular o un 50 mm y cámaras pocket, o una instantánea cualquiera. Me gusta divertirme y creo que se pueden hacer excelentes fotos con cualquier tipo de cámara. Cualquiera, real.

LL: ¿Qué le aporta la fotografía en blanco y negro a diferencia del color a tus trabajos?

LN: Creo que la foto en blanco y negro concentra mejor la obra en general, da más dramatismo y poesía y hace que se pierda menos la escena que quiero presentar.

LL: ¿Qué fotógrafxs nos recomendarías?

LN: Anton Corbijn y la genia Ester Segarra.

LL: ¿Qué proyectos tenés para realizar próximamente?

LN: Algunos proyectos con bandas amigas, que seguramente estemos cerrando pronto. Por otro lado siempre estoy con una cámara encima, creo que salir a ver qué pasa también es un buen proyecto para todx fotografx.

LL: ¿Qué representan para vos las fotografías que realizás?

LN: Es difícil explicar lo que significan las fotos, me cuesta un poco expresar con palabras las cosas en general y más algo que me genera tantos sentimientos. Es como una fuerza interna regida por el amor y la ansiedad, una mezcla turbulenta que siempre me lleva a donde quiero ir. 

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