Este texto autobiográfico, una escritura indócil de una delicadeza feroz, embiste contra los recuerdos de la infancia, un retrato empañado sobre la relación de una madre con su hija mayor. Un libro que conmueve no solo por aquellos fragmentos de historia que espiamos por la rendija, sino por la prosa que queda dando vueltas en cada exhalación hasta dejarnos sin aliento

Por Stefania Agoglia

“La literatura es la prueba de que la vida no alcanza, dijo Pessoa. Puede ser. Más probable es que la vida y la literatura, siendo ambas insuficientes, alumbren a veces- como una linterna mágica- la textura y el espesor de las cosas, la asombrada complejidad que somos.”

María Negroni es poeta, narradora y traductora, también ha dado clases por todos lados, desde Nueva York hasta Tres de Febrero, donde pudiera transmitir su pasión por letras encontró su lugar. En una charla que se dio en el marco de FILBA 2021, “Escribir lo que se vive”, la autora rosarina dijo sobre la escritura de su última novela El corazón del daño que, “la literatura se hace con la experiencia. Gelman tenía una imagen muy elocuente sobre la poesía pero creo que se aplica a la literatura en general, él decía que la poesía es la ceniza que cae del pucho. Hay algo que debe quemarse, al vivir vas consumando cosas y lo que se escribe me parece que tiene una relación directa con lo vivido. Nadie puede escribir sin poner en el texto todo lo que ha pensado, sentido, entendido o no entendido.”

La autora comienza este libro con una advertencia: “No sé si era imperioso iluminar cada rincón del miedo.” Dice que no sabe si logró plasmar en estas páginas lo que buscaba, un retrato empañado sobre la relación con su madre: “la ocupación más ferviente y más dañina de mi vida. Nunca amaré a nadie como a ella.” Este texto autobiográfico, con una escritura indócil de una delicadeza feroz, embiste contra los recuerdos de la infancia. La nena más dulce del mundo que obedecía los ímpetus voraces de una figura insatisfecha, enferma de cuerpo y alma, la nena más dulce del mundo que solo supo complacer y tragarse el pavor. “Te debo una lealtad, madre (…) Me defendí como pude.”

Hay también en este recorrido una huida de la casa materna, un dejar atrás vínculos y pactos que se pudieron haber conformado. “No se puede dormir sobre un volcán (…) Me largué a respirar, a reventar dentro de mí. A poner mi cuerpo en su lugar.” Después vino la militancia, la familia propia y un nuevo despertar que fue caótico como todo inicio. La vida en otra ciudad, el declive de un matrimonio y otra vez de vuelta a la génesis. Pero siempre con ella circulando por sus venas como otra sangre que corre a la par de la suya.

La memoria es un poco tramposa dice su autora en una entrevista. Varios recuerdos que se suceden en el libro remarcan la discusión sobre quién realmente se acuerda con más claridad sobre lo ocurrido, su madre siempre desmintiendo, María aceptando que no es posible escarbar sobre las ruinas del pasado y encontrar piezas intactas. Este libro se balancea en ese supuesto, la memoria tiene algo de invención: “Se me ocurrió una idea. Un libro póstumo Qué encantadora solución. Preservará tu buen nombre y de paso, el mío. No estaría mal: vos y yo juntas, de aquí a la eternidad, a salvo de cualquier culpa.”  

Con pequeñas reflexiones sobre escritura, poesía y aquellos libros que la han nutrido se termina de moldear esta recopilación de momentos escritos a puño y cuerpo por María Negroni. Es un texto que conmueve no solo por aquellos fragmentos de historia que espiamos por la rendija, sino por la forma que tiene la autora de adentrarse en nosotrxs, una prosa que queda dando vueltas en cada exhalación hasta dejarnos sin aliento.

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Ficha técnica

• Título: El Corazón del daño

• Autor: María Negroni

• Editorial: Random House

• ISBN: 978-987-769-151-1

• Edición: 2021

• Número de páginas: 143