Series - Reseña La Valla: un eco del presente

“Lo que hemos aprendido hasta ahora del Covid-19 es que implica una serie de operaciones que dan por resultado el miedo al contagio y que resulta en la aceptación de: vigilancia policíaca y militar, confinamiento…” (Paul B. Preciado)

Por Carolina Figueredo

Lo que se perfilaba como la primera serie distópica de la televisión española terminó siendo un retrato de la crisis sanitaria que asola al mundo. ¿Puede acusarse de oportunista? Tal vez, en realidad, fue inoportuna. Sí, La Valla fue grabada en 2019 aunque la mayoría de los elementos hacen de ella un eco del presente. 

La historia se sitúa en España en el año 2045. La tercera guerra mundial terminó 20 años atrás y como resultado tenemos gobiernos totalitarios, miseria y hambre, problemas ambientales graves como la escasez de agua, y una valla en Madrid que separa a la población civil y empobrecida de la clase acomodada y gobernante. Una científica poderosa lucha por encontrar la cura para el Noravirus experimentando con niños. Y una familia se enfrenta a todos los riesgos posibles para recuperar a su hija. 

Ante esta producción surgen sentimientos contradictorios: claramente la situación apocalíptica refleja el aquí y ahora. El mundo deja de ser tal como lo conocíamos. ¿Suena familiar? Una pandemia sin cura y que desafía al conocimiento científico, la falta de recursos naturales, el aislamiento de la población, estado de sitio, controles y permisos para circular, calles desiertas, tests, utilización de barbijos y trajes de friselina, colapso del sistema sanitario… todas circunstancias cotidianas de este 2020.

La argentina Eleonora Wexler, una de las protagonistas, comentó en una entrevista que se siente asombrada por cómo la realidad supera a la ficción. “Empecé a grabar el 8 de enero de 2019 y terminé el 30 de junio. Me parecía superfantasiosa cuando la grabé”, le dijo a Clarín Espectáculos en una nota publicada el 26 de marzo. También comentó que en el momento de grabar se preguntó si no era mucho el uso de trajes, cofias y barbijos. La actriz le da vida a un personaje inescrupuloso y penetrante, la directora de un centro de investigaciones epidemiológicas encargada de hallar la vacuna contra el Noravirus. Es el papel de villana, sin dudas, lo que le calza a la perfección y uno de los magnetismos de la serie. ¿Uno de los pocos? 

Veamos: el hecho de estar ante una producción “profética” causa ciertamente mucha extrañeza y eso actúa como enganche y desenganche. Atrae a primera impresión pero se vuelve un tanto inverosímil con el correr de los capítulos. El argumento se diluye, abarca demasiadas temáticas, se abren tramas y varias subtramas, hay abuso de situaciones límites que se resuelven rápidamente, inconsistencias (¿por qué se muestra la lucha aislada de España como si el virus tuviera las puertas cerradas en migraciones?) y errores burdos. Muchos conflictos y poca profundidad. El drama desarrollado recuerda al estilo de las telenovelas por lo que el guión pierde peso. Podríamos afirmar también que referencias a otras producciones (sagas como Los juegos del hambre, películas como Virus e incluso la serie El cuento de la criada) fueron metidas en una licuadora y el resultado no es tan interesante como sus fuentes.

Lo que podría ser un plot twist se transforma en un cliché a cada paso pero aun así tiene cosas interesantes: la historia tan actual, indudablemente; la denuncia hacia las sociedades binarias en las que priman la injusticia y las desigualdades; la gran producción detrás de cada capítulo; la fotografía; las actuaciones de Eleonora Wexler y la pequeña Marta (Laura Quirós); los secretos, complots, traiciones y lealtades que mantienen la tensión de cada capítulo; la importancia del pueblo unido; la intención de producir ciencia ficción.

¿Con las intenciones alcanza? Por lo menos para verla y, quizás, discrepar con esta reseña.

Trailer:

Ficha Técnica
Título original: La valla
Género: Drama, Intriga, Ciencia ficción, Apocalíptica
País: España
Idioma: Español
Duración: Temporada 1, 13 capítulos (55 min.)
Año: 2020
Calificación por edades: No recomendada para menores de 16 años

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