Devoran entre sí – Devoran entre sí (2021)

Lo opaco, sin nada de luz en apariencia no es lo incoloro si no justamente lo contrario: blanco. En este trabajo se da lo opaco y el arma blanca es el sonido post punk, es la oscuridad del grupo lo que resalta y hace fluida su escucha. No sabemos bien que deparará el futuro, pero tenemos en Devoran entre sí como escucharlo

Por Sanderico

Andrés Ruiz es la voz referente de Devoran entre sí. El cantautor no dejó de producir ni de sorprender en la pandemia. Sus rostros son múltiples y reconocidos: productor, músico, solista pop. El disco que lo consagra es Mi pre-historia (2019) con una estética a lo Connan Mockasin. Sin embargo, formó parte de bandas como Alud Negro, Llueve Neón, Monje de Fuego, Corazón Primitivo, Viva Elástico, entre otras. Una navaja entre sus secretos, Devoran entre sí, actualmente es una banda prometedora. Hace pocos días salió un nuevo single, “Baldío”, disponible en todas las plataformas y del cual daremos cuenta más detalladamente en próximas ediciones. Sus integrantes dan la talla: Ramiro Gambini en bajo -legendario de la escena punk y hardcore del Gran Buenos Aires y partícipe de algunas bandas como Valientes, Caídos, El alba disuelve monstruos, Asalto, BBEstasMuerto- y Nahuel Martín Castro, guitarrista de amplia trayectoria (Viva Elástico, Distópicos) son una fiabilidad de lujo al compartir el proyecto solista de Ruiz.

Andrés disfruta de este nuevo sendero. Parece sacado de una película de Jean Cocteau -especialmente en el afán ocultista- y el sonido de Devoran entre sí se presta para el baile netamente. Es un guiño al revival de lo mejor de los ochenta de latitudes lejanas como dentro de la región. Su laboratorio y fuerza impera en la producción musical sin vueltas y es opaco, con una fuerte impronta oscilando melodías pegadizas y otras tantas bases al mejor estilo dark y techno del post punk, que llevan al frenesí al glamour de la danza oscura. No importan ya los juicios, no son los dichos ni los hechos exteriores, es la capacidad de las producciones musicales de Andrés Ruiz de poder soportar el clima de época con la misma paciencia en intensidades a veces más menguadas otras más aceleradas desde el comienzo de la pandemia. Andrés siguió, no miró a los costados, no titubeó en su maquinaria de producciones.

El disco fue producido en estudios Furbo en el 2020 pero este año hace su aparición con el nombre homónimo Devoran entre sí, masterizado por Aldo León en Playground Studios, Ciudad de México. Todos los temas están compuestos por Andres Ruiz.


Para épocas oscuras y distópicas Devoran entre sí funciona óptimamente. La banda comenzó a sonar en programas de renombre en la escena dark de Latinoamérica, tanto en México como Estados Unidos, y participa del compilado internacional En días obscuros, que sale este año por el sello We Are On de México.

El EP comienza y se pasa rápido, en un tiempo ideal. No se requiere más que esos cuatro temas. En “Soltaron los perros”, el post punk es evidente, las guitarras juegan deslices vibrantes y nos rememora a lo industrial y épocas ochenteras. “Volver al baile” es un trance para la danza pausada donde las guitarras marcan el pulso motor de todo el tema. En “Déjame las drogas” se entrecruza el susurro en voz, el magnetismo se da por la vociferación de una letra y una base contundentemente bailable. Por último, “En la Jungla”, el swing recorre paisajes en bajo a lo Peter Hook, y también algo de claustrofobia que encontramos latente en bandas que actualizan el género como Lebanon Hanover o bandas de la “famosa” escena del post-punk ruso como Ploho o Human Tetris. La letra, acá, es categórica: “En la jungla no hay señal”.

Devoran entre sí, el EP y también la agrupación, marcan opacidad y una precisión delimitada como arma blanca, como cuchillo al filo que califica un sentido distópico y marginal. La sonoridad de guitarras diletantes y melódicas se disuelven, atraen y repiten, la voz opaca en grave le otorga rienda fija al trance, el ritmo y las bases rozan lo industrial y los sintes en electroshocks. Básicamente vuelve a retomar una atmósfera para los fanáticos del dark y, a su vez, esperamos ver con que, si existe futuro, el lanzamiento de disco completo pueda darnos más oscuridad en arma blanca en tanto sonoridad.

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