<span style='font-size:28px;'>Bay Area Music Award 1980</span><br> Cuando los Dead Kennedys tocaron para la industria discográfica

Bay Area Music Award 1980
Cuando los Dead Kennedys tocaron para la industria discográfica

Una vez los Dead Kennedys tocaron en una entrega de premios de la industria discográfica. Solo una vez. Nunca más lo hicieron porque nunca más fueron invitados. Desde un punto de vista comercial tiene bastante lógica que haya sido así.

Por Javier Becerra


Los Dead Kennedys, aunque muy influyentes y reivindicados por numerosos músicos de diversos géneros, nunca fueron una banda de éxito comercial. Pero, aunque eran muy controversiales en términos políticos no debemos buscar allí el motivo que los llevo a  ser incluidos en una suerte de lista negra de bandas que jamás debían ser invitadas a eventos de tal magnitud. Cómo veremos, las posiciones políticas y las controversias de una banda de punk rock no son motivo suficiente de disgusto para la industria discográfica en la medida de que esas mismas posiciones políticas tengan éxito al transformarse en una mercancía exitosa. Otra  cosa muy diferente sucede cuando lo que se ataca desde una canción o un escenario es a la misma industria, pecado finalmente cometido por la banda de Jello Biafra.

Desde 1976 existía en California una publicación de rock muy exitosa que con el tiempo fue definida como “la Rolling Stone californiana”. Era la Bay Area Music, revista que en un principio se concentraba en la escena del rock de la Bahía de San Francisco pero que luego comenzó a abarcar todo el Estado de California, llegando a tener una tirada de 150 mil ejemplares en cada uno de sus números. Los editores de la revista, viendo su éxito e influencia, decidieron poner en pie su propio evento para galardonar a los músicos y bandas más destacados de la región creando así los Bay Area Music Award o Bammies, cómo fueron conocidos popularmente.

Para la edición de 1980 de los premios, los organizadores quisieron montarse sobre lo que era el boom del momento: la New Wave, llegando a expresar públicamente que los Bammies tenían que ganar “credibilidad New Wave”. Para alcanzar semejante objetivo comercial, no tuvieron mejor idea que invitar ese año a los Dead Kennedys, quienes venían de publicar dos singles; nada menos que  “California Uber Alles” y “Holiday Cambodia”. Cómo vemos hasta aquí, no existía ningún prurito político e ideológico para invitar a la banda que satirizaba al mismísimo Gobernador Jerry Brown a quien tildaban de “nazi zen”, y cuyo cantante se había presentado como candidato a alcalde ridiculizando a todo el arco político.



La invitación no fue bien recibida en principio por los Dead Kennedys, quienes no aceptaban ser catalogados de New Wave. Sin embargo, se guardaron su disgusto y decidieron  presentarse para tocar “California Uber Alles”, canción solicitada por los organizadores, y que se dedicaron a ensayar durante toda la jornada y durante la prueba de sonido de los Bammies. Todo parecía bien encaminado.

Llegada la noche, la banda se presentó con un vestuario poco usual en ellos: pantalones negros y camisa blanca con una extraña S pintada en aerosol en el pecho. Nada parecía presagiar  algo demasiado disruptivo más allá de ese particular detalle, hasta que llegó el momento de subir el escenario, momento en el cual sacaron corbatas negras que una vez colocadas representaban el signo dólar sobre la S antes mencionada. Pasaron tan solo 15 segundos de “California Uber Alles” cuando Jello Biafra frenó a la banda: “Alto!!! Tenemos que probar que ahora somos adultos. Ya no somos una banda de punk rock, somos una banda de New Wave”. A partir de allí comienza un giro inesperado. Comienzan los acordes de una canción hasta entonces desconocida que no era la que debían tocar esa noche. Dicha canción era “Pull My String”. La letra de la misma comenzó a generar el cambio en el rictus de los presentes:

Estoy cansado de la dignidad, no puedo costear un auto/ Quiero ser una estrella prefabricada/Quiero ser un instrumento, no necesito alma/Quiero hacer mucho dinero tocando Rock and Roll.

La letra estaba dirigida a criticar el uso y abuso comercial que músicos y empresarios hacían de la música, principalmente de la New Wave tan comentada y de la pérdida total de autonomía de distinta clase de rockeros ante la gran industria. Continuaba: “Hare mi música aburrida/ haré mi música lenta/ No soy un artista, soy un hombre de negocios sin ideas propias/ No voy a ofender ni criticar al sistema/ solo “sexo, drogas y rock and roll”. Si a esta altura de la presentación los organizadores ya estaban disgustados, la cosa se agravaría poco tiempo después. “Pull My String” introduce el famoso fragmento de “My Sharona”, la muy exitosa canción de The Knaks, la banda más vendida de toda la movida New Wave que había alcanzado el puesto número 1 de Billboard el año anterior.  Otro mimado de la industria discográfica de aquel entonces, Boz Scaggs, comenzó literalmente a insultar y patear butacas indignado ante lo que escuchaba. El público, sin embargo, se entusiasmó con la inédita canción.

El punto culmine de aquel debut y despedida de los Dead Kennedys en eventos como el comentado, fue cuando se dirigieron a los empresarios y a la forma de hacer popular a sus artistas:

Pero hay solo un problema ¿Es mi pene lo suficientemente grande? ¿Es mi cerebro lo suficientemente chico para que ustedes me hagan estrella?/ Dame una señal y te venderé mi alma/ jala mis hilos y llegaré lejos/ Y cuando sea rico conoceré a Bob Hope, jugaremos golf y nos drogaremos.

La frutilla del postre fue el “babea, babea con mi payola” ¿Pero a qué se referían los Dead Kennedys con Payola? Payola es un término muy viejo en la cultura norteamericana proveniente de pay (pagar) y Victrola, los antiguos aparatos para pasar discos. El término fue finalmente instalado como “paga para emitir” y es la forma clásica en la que los grandes sellos discográficos logran imponer a sus artistas en las emisoras de radio y en  lo que hoy conocemos como “rotación”. De ese modo se garantizan construir la popularidad de los músicos y obviamente ventas más redituables. La payola se utiliza para controlar finalmente el mercado discográfico y de entretenimientos.

Obviamente, ningún empresario de los presentes en los Bammies debe haber quedado satisfecho con “Pull My String”. En los Estados Unidos, la ley sanciona a quienes sean descubiertos en esa práctica a partir del escándalo nacional de 1959 en el que el senado investigó a Alan Freed, el famoso DJ radial a quien se le atribuye inventar el término “rock and roll”. Freed habría cobrado 40 mil dólares anuales para pasar solo determinados artistas. Algo similar sucedió con Dick Clark, popular empresario de los entretenimientos televisivos quien además invertía en sellos discográficos. Mediante la payola imponía que se pasen las canciones registradas legalmente a su nombre y que debían cantar sus artistas contratados.


Si quedan dudas de cuál fue el sentimiento general de los organizadores del Bay Area Music Award de 1980 basta con revisar los archivos subidos a Youtube. Se registraron absolutamente todas las presentaciones del evento menos una: la de los Dead Kennedys. “Pull My String” nunca tuvo una versión de estudio ni nunca más fue tocada en vivo. La única versión existente es la de aquella histórica velada que años después formó parte del compilado despedida de la banda de 1987, Give me convenience or give me death, cuyas regalías, por otra parte, fueron en buena medida destinadas  a pagar los números juicios que Dead Kennedy tenía.

“Pull My String” es una de esas canciones que cualquier joven debería escuchar antes de incursionar en el mundillo del rock.


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