Gustavo Cerati y el Punk Una apropiación pendiente

Por Javier Becerra


Es bien sabido que el público del rock suele ser en general bastante sectario. Acostumbra a presentar su negación a cualquier aproximación con cualquier otra banda o artista que no resulte idéntico a lo que ya se ha elegido. Para muchas “tribus”, A siempre tiene que ser igual A y, si así no fuese, se estaría ante una defección musical e incluso ideológica rayana con las más exagerada de las traiciones. Está concepción, claramente, tiene riesgos manifiestos que ponen límite a cualquier posibilidad de enriquecimiento musical y cultural. Termina siempre en una posición endogámica que obstruye el desarrollo creativo, pero que también pone de relieve ciertas características subjetivas de los individuos. Aquel sectarismo que puede resultar esperado e incluso saludable durante la adolescencia, cambia de color cuando se trata de adultos.

Como parte de ese sectarismo que actúa permanentemente cómo insumo para la auto demolición del rock, existe un rasgo al que se toma poca importancia: la negación a la apropiación de cualquier artista que por fuera de “la secta” reclame admiración o que reconozca influencia en un subgénero cristalizado en coto cerrado de los sectarios. La posibilidad de aceptar a alguien por fuera de “la familia” cómo alguien cercano o al menos como una suerte de compañero de ruta es casi imposible. Es interesante ver cómo todo esto es más bien un defecto del público argentino aplicable a las bandas y músicos argentina sin que suceda lo mismo con el rock de las grandes mecas del género. Por ejemplo, es difícil encontrar a un punk que no acepte a Blondie o Patty Smith -por dar dos casos- como parte de la familia de punk, o hallar a algún heavy que excluya a bandas como Led Zeppelin o Deep Purple de la familia del metal, sin que ninguno de los cuatro ejemplos dados, representen de manera fehaciente lo que se espera de una banda punk o heavy metal, respectivamente. Tampoco es fácil encontrar a un público que repudie que cierto artista que esté absolutamente por fuera del corpus musical de la secta de preferencia, reivindique su admiración por determinada banda. Al contrario, esto último es generalmente cuestión de “orgullo”.

Del mismo modo, el público argentino parece haber cortado cualquier hilo de continuidad entre los distintos subgéneros. Lo que internacionalmente es absolutamente reconocido hasta la obviedad, es por completo negado o disminuido en Argentina. Por ejemplo, la misma relación que podría hacerse entre el punk y bandas como The Cure o The Police, no existe en el árbol genealógico del rockero local con las bandas autóctonas. Aquel gráfico que mostrara un sin fin de influencias y vínculos dentro del rock que realizara Jack Black durante una clase de Escuela de Rock, sería sencillamente imposible de ser reconstruido para la historia del rock argentino.

Pero existe un caso poco revisado que en definitiva puede ser paradigmático por el peso específico del músico en cuestión: Gustavo Cerati. Sin dudas, Cerati puede ser considerado uno de los músicos de rock más importantes de nuestra historia, cuando no el más destacado de todos ellos. Una figura que logró retomar un importante número de tradiciones a pesar de que contradictoriamente surgiera como un artista en absoluto moderno por fuera de las tradiciones. Es que Cerati surgió como un artista que cortaba con la larga influencia setentista en el rock con algo que disruptivamente era nuevo, para luego retomar ciertas tradiciones que llegaban hasta Spinetta. Cerati era ruptura y continuidad. Claramente estamos ante un músico que tenía una racionalización y una reflexión profunda sobre su propia obra y su propio devenir, lo que le permitía comprender perfectamente una ubicación en el tiempo y en el espacio del rock. Esta claridad era la que le permitía comprender que Soda Stereo era un tan hijo legítimo del post punk y de la New Wave que lo llevó a declarar que la banda “no hubiera existido sin el Punk”.

Cerati supo votar cómo mejor banda de 1985 nada menos que a Los Violadores y a su álbum Y ahora que pasa, ¿eh? cómo mejor álbum, un reconocimiento importantísimo en tiempo real para la banda pionera del punk argentino. Pero además de eso, Cerati declaraba para el documental Ellos son Los Violadores planteando las virtudes del grupo que, nítidamente influenciado por “lo anglo”, supo hacer de esa influencia un producto original sumando los problemas típicamente argentinos referidos a la represión. Lamentablemente el documental en cuestión solo muestra una brevísima intervención de Cerati, de la que suponemos debe haber sido una mucho más extensa. El propio Pil Chalar ha comentado que Cerati solía ir a ver a Los Violadores en sus primeras épocas. También es conocido que han compartido escenario, cómo en la ocasión del legendario Lomas Rock del mismo 1985.


Votación de Cerati para el Suplemento Sí de Clarín – Año 1985

Pero Cerati ha tenido una reflexión más profunda sobre el punk y sobre su influencia sobre su propia obra que iba más allá del lo circunstancial. En 2006, MTV realizaba una entrevista al ex Soda Stereo dónde éste explicaba su punto de vista sobre el movimiento de fines de los ‘70s. El fragmento al respecto que hoy puede ser visto en YouTube, lamentablemente no fue incluido en la entrevista que formalmente el canal de videos luego expuso. Solo se ha mantenido el registro de una cámara alternativa presente durante la entrevista. En aquella entrevista Cerati, en tan solo cuatro minutos, era categórico:

“Yo no sabía lo que era el punk hasta que el punk explotó. Conocí a Sex Pistols, a Clash. Posiblemente a mí como influencia musical me haya pegado mucho más lo que vino después, pero yo creo entendí que lo que era ser punk era romper con las estructuras, es buscar lo simple, es expresarse de una sin dobles mensajes, con la necesidad de explotar desde la juventud que uno lleva. Me parece que además fue un grito de clase, tuvo una connotación política importante, pero sobre todo si analizamos un poco el tiempo en que surgió tiene mucho sentido para el aquietamiento musical y esa especie de aburguesamiento musical que el punk buscó sacudir”.

Cerati fue hasta el fondo en su breve reflexión: “para mi fue muy importante. Soda Stereo no hubiera existido sin el Punk”.


Lomas Rock (1985) Soda Stéreo tocó junto a Los Violadores

La entrevista se sumergió también entre lo nuevo y lo viejo del punk, dónde Gustavo Cerati demostró comprender las diferencias: “Después hay un entendimiento engañoso de lo que es el punk. Hoy tenemos muchas bandas que dicen ser punk, pero parecen más cerca de Disney Channel que en realidad movilizar las cosas en cuanto a la música”. En oposición a aquel presente del punk, Cerati destacaba la importancia de los primeros discos del movimiento, especialmente a Sex Pistols y The Clash:

“Mi disco favorito de todos los tiempos del Punk es Never Mind The Ballocks”. Eso para mí es la biblia, sigue siendo para mí hoy un disco moderno. Cuando lo escuche por primera vez era ruido, pero hoy me doy cuenta que era mucha más música que ruido. Amo a Johnny Rotten y todo lo que vino luego con PIL. Pero si hablamos de influencias, creo que The Clash fue el que más investigó, el que más se metió en otros temas y musicalmente es el que más me llega”.

Sería una tontería decir que Cerati era un punk, pero mucho más absurdo sería negar lo que el mismo desarrolla. Supo encontrar el tronco de dónde provenían los brotes de dónde florecía su música. Este inesperado -para muchos- “mimo” que Gustavo le propina al punk, no es muy conocido y mucho menos reconocido, aunque siguiendo la hoja de ruta del árbol genealógico del rock inglés y norteamericano, resulte bastante obvio. Más allá de eso, creemos valido rescatar este tipo de testimonio casi perdido hoy en día (aunque este a monos de cualquiera), en tiempos en que el rock parce caminar a la deriva, sin futuro, pero también con cada vez menos pasado en la memoria, y con ellos intentar recrear un ida y vuelta en cuanto a la apropiación musical entre el punk y lo que “vino después” como el propio Gustavo señalaba.

A Cerati solo le podemos decir “gracias totales”.

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