Multiverso Queens
Peter Parker, los Ramones y la secundaria norteamericana
Peter Parker y los Ramones son vecinos de Queens New York. Hasta aquí algo que es conocido por todos. Pero si indagamos un poco más podremos encontrar más cosas en común entre el personaje del comic y la legendaria banda que podrían hacer de ambos, partes de un mismo “multiverso” que va y viene entre la fantasía y la realidad concreta que les dio origen. Veamos.
Cuando Stan Lee presentó por primera vez su proyecto de Spiderman en 1962 a su editor Martin Goodman, éste lo rechazó. Goodman le señaló que los adolescentes no podían ser protagonistas (hasta ese momento solo eran acompañantes del super héroe principal al estilo Batman y Robin) y que sus problemas típicos no eran de interés de nadie. Si tomamos el año del debut de Spiderman, el 10 de agosto de 1962 en Amazing Fantasy N°15 y las propias declaraciones de Stan Lee, Peter Parker era un adolescente de 15 años atravesado por las tribulaciones propias de su edad como los cambios hormonales, el rendimiento escolar, y el reconocimiento de sus pares, pero que además debía preocuparse nada más ni nada menos, que por conseguir empleo para mantenerse él y a su tía, quien recientemente había enviudado. Lee y los dibujantes Jack Kirby y Steve Ditko, no inventaron una realidad particular para Peter, sino que se concentraron en el estudio tanto de obras dedicadas a la psicología adolescente, como a las condiciones de vida de ese rango etario en los Estados Unidos a comienzos de la década de 1960.
Como parte de la trama, Peter Parker concurre a una escuela secundaria, la Midtown High School inspirada en la Forest Hill High School de Queens a la que justamente habían concurrido los Ramones. Si nos mantenemos en el plano de la fantasía, Peter con solo 15 años en 1962 era apenas mayor que Tommy y Johnny nacidos en 1949 y 1948 respectivamente, y un poco más en relación a Joey y Dee Dee. Pero, aferrados a la fantasía propia de los multiversos, los podríamos imaginar cruzándose en algún recreo, a la salida o entrada de la escuela, o simplemente en un micro escolar. Los Ramones originarios y Peter Parker, en definitiva, pertenecían a una misma generación que pretendía ser representada en el comic y que fue la que consumió masivamente aquel número de Amazing Fantasy que parecía ser la primera y última aparición de Spiderman. Pero hubo una identificación inmediata con el nuevo personaje. Aquel Peter Parker con serias dificultades para vincularse con los demás y que estaba constantemente preocupado por conseguir dinero para sobrevivir, resultó finalmente ser de interés popular y de los futuros miembros de los Ramones.
Como habíamos dicho, la trama requería de una escuela secundaria, pero la que había inspirado a Stan Lee, la misma a la que habían concurrido los Ramones, no servía para el desarrollo del personaje. Peter era un estudiante fascinado con la ciencia y la Forest Hill High School estaba muy lejos de ser la mejor institución para ese tipo de inquietudes, por lo que Lee debió recrearla por completo para el comic. Es aquí donde la realidad concreta que da origen a la ficción y que en parte Spiderman buscaba representar, tiene un impacto importante. La escuela secundaria de los Estados Unidos de aquellos años estaba muy lejos de poder formar fuerza de trabajo educada en las nuevas tecnologías y avances científicos. Se había cristalizado por aquel entonces un auténtico desfasaje entre las necesidades del capitalismo norteamericano y el sistema educativo. El sistema neoyorkino, a pesar de poder arrogarse ser el más avanzado y con mayor inversión del país, no estaba exento del problema. La Forest Hill High School, por ejemplo, se caracterizaba por el hacinamiento en las aulas ante el crecimiento desmedido de las zonas suburbanas y el “baby Boom” de los años posteriores a la segunda posguerra. Todo el sistema educativo estaba en crisis. Hacia finales del gobierno de Eisenhower, un riguroso informe del Ejército demostraba que la inmensa mayoría de los aspirantes a la fuerza contaba con un pésimo nivel educativo y sanitario (un alto porcentaje de jóvenes sin las vacunas de rigor, por ejemplo) solo comparado a los niveles de la Primera Guerra Mundial cuando la escolaridad era mucho menor y predominaba la vida rural. El informe del ejército no obedecía a cuestiones filantrópicas. Había un interés concreto basado en las necesidades de la industria bélica y todas las ramas de la economía asociadas a ella. El boom capitalista de la segunda posguerra encontraba un cuello de botella que expresaba un agravamiento creciente de la situación hasta los máximos niveles a mediados de la década de 1970.
El nivel de calificación de la mano de obra estaba muy por debajo del requerido. El engrosamiento del sector de “cuello blanco” no podía ocultar que en el sector industrial la fuerza de trabajo era cada vez menos capacitada, promoviendo un nuevo tipo de desocupación basado en la falta de habilidades. Para 1961, un millón de desocupados obedecía a estas causas. Un nuevo departamento ministerial creado por Eisenhower para abordar la crisis, el “Health, Education & Welfare” fracasó estrepitosamente debido a la propia política del Ejecutivo, contraria a mayores inversiones y a implementar reformas a nivel federal.
Los altos niveles de consumo de la población no podían ocultar que los llamados “30 años gloriosos del capital” de la sociedad norteamericana fueron muchos menos. En 1960, el 5,6% de la población activa se encontraba desocupada. Distintos cálculos de la época que partían de variables distintas como los ingresos o el tipo de consumo estimaban que entre 20 y 50 millones de personas eran pobres sobre un total de 179 millones de habitantes. En New York, en 1960, de las dos millones de familias que lo habitaban, el 25% tenía un ingreso de 4 mil dólares anuales, cuando el propio Departamento de Trabajo establecía un mínimo de 6 mil dólares anuales para evitar la línea de pobreza. Ciudades como New York, habían sido literalmente abandonadas por los sectores más ricos y por el mantenimiento del Estado. La pobreza a gran escala y el delito se caracterizaron por ser predominantes en esos grandes centros urbanos.
Para la asunción de Kennedy, la desocupación trepaba al 8%: 5 millones de personas, de las cuales 2 millones llevaban largo tiempo sin conseguir nuevo empleo, algo inédito para los Estados Unidos donde siempre dominó la rotación de la fuerza de trabajo. La mayoría de ellos eran jóvenes recién salidos del secundario. El libro de Michael Harrington, “The Other America”, presentaba niveles escandalosos de pobreza en todo el país llegando sus cálculos a los 50 millones de habitantes. La nueva gestión se concentró entonces en la política de “New Frontier” y en la “guerra sin cuartel contra la pobreza”. En 1965, llegó finalmente la reforma educativa, pero muy tarde y mal. La misma reforma establecía que el Estado Federal no podía establecer una currícula nueva a escala nacional. Por su parte, la “guerra sin cuartel” contra la pobreza, se redujo a la utilización de menos del 1% del PBI nacional.
Aquella sociedad que había inspirado a Stan Lee para la creación de Spiderman era la misma que lo consumió con avidez. No podía haber sido de otra forma. Aquel jovencito llamado Peter Parker, arrastrado por la preocupación de culminar sus estudios y eludir la desocupación, tenía la misma vida que muchos otros. Esa misma realidad fue la que moldeó a los Ramones, lectores de Spiderman también, y a la primera generación punk. Aquella personalidad introspectiva de Peter era también muy similar a la de los jóvenes Ramones. Criados en el mismo barrio, entre el aburrimiento, el anonimato y la homogeneidad de los típicos vecindarios suburbanos, el de un enclave clásico de judíos de clase media baja y otros sectores de viejos inmigrantes, nadie avizoraba demasiado futuro para ellos. Las causas, en parte, ya las hemos expuesto…
Cuando Stan Lee pensó a Spiderman lo pensó para que fuera el más humano de todos los superhéroes y posiblemente con ello terminó de inspiración para que en un futuro no muy lejano, aquellos otros cuatro adolescentes de Queens también formularan un nuevo tipo de rock sin las excentricidades y “superpoderes” de los rock star.
ANEXO: estudiantes destacados de Forest Hill High School
Tommy Ramone, Johnny Ramone, Joey Ramone, Dee Dee Ramone, Art Garfunkel, Paul Simon, Gary Kurfirst (manager de Ramones, Blondie, Talking Head y fundador de Radioactive Record), Remy Banks (rapero, miembro del New York World’ Fair), Burt Bacharach (compositor), Ching Ho Cheng (artista plástico), Ron Chernow (periodista e historiador biográfico), Despota (musico de hip hop), Ronie Earl (guitarrista de jazz y blues), Marty Ingels (actor de comedias), Bob Keeshan (actor y productor del programa infantil Captain Kangaroo), Charles Kelman (actor, musico de jazz y productor de Broadway), Dave Rubinstein (cantante de Reagan Youth), Jack Samet (actor y productor de cine independiente), Reby Skay (luchadora profesional), Danny Troob (musico arreglista y orquestador), Tatiana Troyanos (cantante de ópera), Leslie Urdang (directora de cine), Katherine Weber (novelista), Leslie West (guitarrista de Mountain), Betsy Wollheim (editora de ciencia ficción).
Si bien Peter Parker no fue alumno “real” de la Forest Hill High School, la institución celebra anualmente una Convención de Comic en su honor.