Nuevo Día de la independencia

El festival Nuevo Día reunió algunas de las bandas emergentes más reconocidas de la actualidad. El resultado fue la institucionalización de la nueva escena indie: independiente, autogestiva, diversa y abierta. La Linterna Noticias estuvo y te lo cuenta

Carolina Figueredo


Muchas veces se puede asistir a grandes shows y festivales. Pero lo que ocurrió el domingo 16 de abril en el marco del Festival Nuevo Día es mucho más que la suma de buenas propuestas artísticas. Desde su anuncio, a fines del año pasado ya era previsible que el festival tome un caris iniciático. Y, al menos, para La Linterna lo tuvo.

Revistas, El Club Audiovisual, Fin del Mundo, Dum Chica, Buenos Vampiros, Mujer Cebra y Las Ligas Menores formaron parte de un lineup de lujo. La audiencia llenó el lugar desde temprano. Aquí repasamos los momentos vividos, con la certeza y la alegría de saber que lo que se gestó en Colegiales era nada menos que la nueva escena indie local.

Puntualidad, visuales destacables y un sonido de excelencia acompañaron y sirvieron de contexto a cada una de las siete bandas. Proponemos un breve repaso de los shows, que puede llegar a servir para entender cómo es que una buena fecha se puede transformar en LA fecha.


Revistas

La apertura del festival estuvo a cargo de Revistas. Pronto publicaremos una entrevista con la banda de San Telmo donde pudimos hablar de sus propuestas y formas de producir música. Lo que se vio en la tarde del domingo es una continuidad de su trabajo durante los últimos meses.

Rullix conduce una batería marcial, que se asocia de buena manera con un bajo espeso y brillante a la vez. La guitarra de Xav propone el vuelo que los teclados de Sofi ponen en marcha. “Disfruten esto porque es de todos”, decía Apuradisimo, la otra guitarra y voces de la banda.

Revistas tuvo su oportunidad con un salón que a las 16:30hs ya estaba a la mitad de su capacidad. Una buena concurrencia de público que pudo disfrutar de un pantallazo los trabajos editados. Pasaron “Polución”, “Elefante”, e incluso se animaron a estrenar un corte de lo que será su próximo disco.

Estamos muy felices de compartir este festival con la gente que nos sigue desde hace tiempo” confiesa Linyera, bajista y cantante, y luego nombra una decena de personas, todas con remeras de Revistas, que seguramente se encontraban tan contentas como la agrupación misma de este presente. Entre aplausos, saltos y bailes, la audiencia despidió a la banda.


El Club Audiovisual

Un arranque con todo. Eso tuvo El Club Audiovisual. Abrieron su recital interpretando “Cosas”, con esa guitarra acelerada, distorsionada y potente. Destilaron tanta adrenalina que recién saludaron luego de “Quietud”, segundo tema de la lista. Para esto, ya se había armado el primer pogo de la tarde y hasta un improvisado mosh. El salón seguía llenándose y la pared contundente de guitarras se estrellaba contra los oídos. Y más y más potencia llegaba desde atrás con la batería de Juan Viaggio.

Cambio de funciones: Tomás Peláez deja la voz y sigue con su guitarra,  mientras que Matías Vertula rota las seis cuerdas por el bajo. Loop inicial para un hit del Club y de su presentación: ronda, salto y pogo. Avanzando en el set, la banda pega la vuelta al shoegaze. Algo sale mal y por momentos la pista juega una mala pasada; y una segunda mala pasada. Hay una descoordinación y así no se puede rezar: con la melodía a capela, sale “Cuando dormís”, de My Bloody Valentine.

Si no existiese esa banda no estaríamos acá”, sentencia Delfina Gel y empieza a sonar “Sábado” (de El mató a un policía motorizado). Segundo y último cover, y también último tema del show de ECA. Que la audiencia despida con aplausos y gritos a una banda, siempre es una gratificación, más aún cuando todo es producto de las ganas y el esfuerzo.


Fin del Mundo

Comienzo con buena recepción para una de las agrupaciones esperadas de la todavía tarde. En realidad, todas las bandas fueron muy esperadas, pero las Fin Del Mundo tienen el diferencial de generar climas a partir de un concepto sonoro que se potenció con las visuales. Banda para escuchar, ver y recomendar, hicieron de su set un repaso por las canciones que más les gusta tocar. En una entrevista con La Linterna Noticias, en los días previos al Festival, dieron cuenta de su forma de hacer las cosas. Y de lo expectantes que estaban por su presentación en esta fecha.

Un set list que fue creciendo en intensidad y velocidad. Y que dejó bien en claro que su lugar también pueden ser los escenarios significativos de la actualidad. Muchos aplausos para “El fin del mundo” y “La noche”.

Punto alto del show con el tema “Cuando todo termine”, el coro de chicas cantando a capela “ya no me da miedo perder” y la primera ovación para las FDM. Le sigue un tema nuevo que obtiene gran aprobación. Luego arranca “El próximo verano” y es un hecho: saltos, coros y pogo en la tarde/noche de Colegiales. Si, una banda de post rock estaba haciendo saltar, en la tarde de un domingo de lluvia, a un centenar de gente debajo del escenario.

Duelo de heroínas entre Julieta Heredia y Lucía Masnatta. Todo observado y sostenido de gran manera por Julieta Limia en la batería y Yanina Silva en el bajo. Público ganado por si hiciera falta. Terminaron su show con “Incendio”. Arriba del escenario las artistas dejando todo lo que les queda; la pantalla arde, abajo de nuevo coros y pogo: un buen fin del mundo.


Dum Chica

Otra de las bandas más esperadas de la jornada era, justamente Dum Chica: bajo, batería y voces que a veces solo son onomatopeyas. Así de salvaje y básica es la propuesta de DCH.

En el escenario todo es actitud desfachatada, frenesí, gafas negras, cigarrillos y puro show. Abajo hay saltos y más saltos. Gente que gira sobre su propio eje. Mientras la cantante, Lucila Storino, comienza el trance, Juana Gallardo se hamaca hacia los lados y en círculos con un cigarrillo encendido, como si no estuviera tocando un bajo espeso y denso, a veces acelerado y otras no. Desde la batería, Ramiro Pampin le suma la potencia y explosión necesarias. 

Pasaron “Ey”, “Veneno”, “Figuritas”, “Virna”. Colegiales parecía un sótano neoyorquino. Y sin embargo Dum Chica estaba aquí nomas, son de aquí nomas y con un solo disco editado tienen a cada una de las personas del público moviéndose, bailando a su ritmo. Por momentos DIOS se hace presente: la banda que Pedro Amodío pensó y creó en los ‘90s es una fuente de inspiración para DCH, solo que parece no haber lugar para un poeta tan sincero y crudo en la actualidad. Tal vez, ese rescate justiciero sea un objetivo de ahora en más.

Todo el set de Lucila Storino sobre el escenario es una declaración de principios. Una mediación para que las nuevas protagonistas tengan el camino liberado: sin prejuicios y luego de tanto maltrato al género y las disidencias, aquí está al fin la nueva escena indie. Puede terminar el show ahora mismo, que la misión de DCH está cumplida.

Muchas bandas y artistas buscan llegar a este punto dónde la conjunción de varios elementos llega a concretar el rock. Con un bajo y una batería, DCH lo ha logrado. Algunas remeras vuelan, el público debajo del escenario sigue cada detalle expectante, bailando y saltando, haciendo pogo y coreando “Es un poco violento/es a veces un infierno”. A un costado de la agrupación, personas que integran otras bandas asisten con entusiasmo al set, que a esta altura es demoledor.


El final de Dum Chica es un todo. Pocas veces se asiste a la consagración de una banda, de una escena, de una movida. Para buscar alguna referencia hay que remitirse al Festival Alternativo que en los ‘90s consagró aquél nuevo rock argentino. Mas acá en el tiempo, Los Álamos, Bicicletas y El mató a un policía motorizado irrumpieron en el barrio de Retiro a principios de los 2000 para inaugurar el indie tal y cual lo conocimos… hasta ahora.

Porque aquí hay escena. Y una cuadra de cola, en un domingo lluvioso a las 16hs lo comprueba. Independiente, autogestiva, diversa y abierta. Quien quiera oír que vaya, vea y recomiende.


Buenos Vampiros

Buenos Vampiros aparecieron para abrir su show con “14 de febrero”, como para dejar claro que saben a qué vinieron. Oscuridad, guitarras intensas, miradas profundas, estética vampírica y make up satánico.  Punteos de guitarras inquietantes, bajo y baterías densas. Una actitud inigualable para la banda de Mar del Plata, que también es una de la que más trayectoria trae a cuestas.

Les vampis tienen muy buen show en vivo y hay muchos registros que dan cuenta de ello. No pareció incomodarles que hayan comenzaron su show con el teatro lleno. Las canciones más coreadas y festejadas fueron En la arena”, “Desmotivada” y “Momentos”, aunque cada tema que hacían el público lo tomaba como motivo de festejo. Arriba del escenario todo era un volver a la magia dark perdida; mientras a un costado bailaban integrantes de otras bandas, a esta altura todas conversas al vampirismo.

Cuando empieza a sonar “Paranormal” el coro llega desde todos los rincones del teatro, un hit para no dar tregua, aquí nadie se rinde, que este un festival de la independencia. El show de BV continuó cuando afuera era ya de noche. Las guitarras de Ignacio Perrota e Irina Tuma por momentos tienen esa sofisticación de la banda española El Columpio Asesino, con la potencia y sonoridad del new wave made in Mar del Plata. Luana Giobellina conjuraba su bajo con la batería de Mora Murguet y el trance era un hecho.  

Termina el show con “Todo el Mal” y cientos de almas coreando por el desconsuelo, la soledad y desmotivación: Buenos Vampiros lo ha logrado.


Mujer Cebra

Arranque de un show con expectativas. Salen al fin y Mujer Cebra comienza la faena. El trio supo combinar en vivo las sonoridades del hardcore y el emo, pero con una melodía de voz que le otorga la originalidad de su propuesta musical. La estética es por momentos nirvanesca para un trío potente.

La noche del teatro era el marco ideal para el desfile de las canciones como “No te Duermas”, “De Película” y “Ahora Si”. Las canciones de MC son, por momentos inquietantes. Todo ese poder desplegando el desahogo por el pesar de la vida misma. Y sin embargo, ahí están, con sus instrumentos haciendo de su presentación uno de los puntos altos del festival.

Se lucen las guitarras de Santiago Rocca, con sus punteos, el bajo de Gonzalo Muhape con los pedales. Definitivamente, la batería de Patricio García Seminara pareciera ser de más cuerpos de los que tiene en realidad. Estrenan tema nuevo y a seguir con más y más potencia, con esa voz que por momentos parece apocalíptica.

A esta altura del show de MC, nadie se dio cuenta que debutaron hace muy pocos años. “SEISDIECISIETE”, “Verano (Sin personas)” y “Ahora sí”, terminaron de armar una lista con los componentes necesarios para hacer un cierre de lujo para una etapa del festival, que ya había cumplido en de gran manera con su razón de ser.


Las Ligas Menores

La nave insignia de la música rock independiente abrió su show a puro hit. Primero “Renault fuego”, y después “El baile de Elvis”. Ante un teatro colmado y sin mediar mucho diálogo, Las Ligas Menores fueron desplegando todo su talento. Banda de proyección internacional, es tal vez unos de los recitales más aconsejables para entender qué es el rock (under, alternativo, emergente, independiente) hoy.

Firmes arriba del escenario, con un show súper ajustado, LLM interpretan una por una las canciones que les gustan a todos y todas. “Quedáte en invierno en el mar/así yo en la ciudad no te pienso tanto”, dice Anabella Cartolano en la interpretación de “En invierno”, un hit al que se le suma Luces y Carteles, ambas del recomendable disco de la banda Fuego Artificial (2018). En silencio, los cuerpos de la audiencia se hamacan, mientas hay quienes cierran sus ojos para buscar en sus recuerdos y pensamientos. Hasta que la calma se rompe en aplausos.

La agrupación fue una de las más activas en sus canales durante la pandemia por Covid. En ese preciso y oscuro período estaban naciendo muchas de las bandas de una escena que se terminó de concretar aquí. Artistas que aprendieron de grabación y de mezcla, que tienen la búsqueda como premisa. Habrá que ver cuántas de estas agrupaciones y artistas trabajaron desde su casa en búsqueda de un sonido puntal. Mientras, junto a Anabella, Pablo Kemper, Nina Carrara, Angie Cases Bocci y Micaela García continuaban con sus canciones, que hoy en día ya son himnos.

Que se mezclan con los otros himnos, foráneos e inspiradores, comoTodo lo que pienso hoy”, de Pixies y “Mabuse”, de Los Punsetes. En un momento, anuncian la invitación a Santiago Rocca para cantar “Ni una canción” y la noche empieza a cerrar. El final es con “De la mano” y Las Ligas Menores terminan una actuación sólida y precisa. Llena de hits y a tono con lo que ocurrió antes de su paso por el escenario.


Nuevo Día, nueva escena

Hace pocos años, la escena indie viene cambiando su piel. En la Ciudad de Buenos Aires, pero también en La Plata, en Mar del Plata, en Bernal, en Morón, en las capitales de muchas provincias y en ciudades que antes solo eran receptoras de la música que se producía en otros lugares. Cabe destacar la importancia que tiene en todo esto el apoyo de disqueras como Casa del Puente, No Me Escucho, Fuego Amigo y tantas otras que logran producir y distribuir el material que artistas y bandas graban con grandes esfuerzos y costos monetarios. Saludamos a Surfer Rosas por su iniciativa. Nuestro rol y función es solo contarlo, en los términos y condiciones en que se puede hacer periodismo hoy.

Lo que ocurrió con el Festival Nuevo Día es una institucionalización de una escena. Ya dijimos mucho sobe sus características. Hay más afuera de este circuito. Hay muchas y buenas propuestas que bien podrían formar parte de este lineup. Pero esa es una tarea de aquí en adelante. Por ahora, podemos decir que la nueva escena indie ya tuvo su fecha de fundación.


PH de portada, Revistas, Fin del Mundo, Buenos Vampiros y Las Ligas menores por Charlie Riobueno http://@charlieriobueno

1 comentario sobre “Nuevo Día de la independencia

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