Crónica: Se vota Sagitaria
Nuestra cronista se afirma como sagitariana. Y como harta del tema elecciones. Cubre la protesta viva de un asesinato. Y se pregunta: ¿quién cubre las calles del asesinato? ¿En qué condiciones se trabaja y en qué condiciones se puede salir a protestar?
Por Rita Crass
Mi signo es ser sagitariana, es un modo de ser y estar en el mundo. Se supone que tengo que moverme. Vivo para moverme. Me levanto para moverme, me alimento para moverme, como si todos los días fueran fiesta que siguen sin pausa. Duermo también moviéndome o pensando.
Hoy es un día de transformación: estoy en microcentro, en pleno caldo de Cabeza de Goliat en Capital, tras las huellas del asesinato. Es por ello, que tengo que mover la tristeza -que no deja de acecharme las espaldas- para convertirla en fuerza, en búsqueda de respuestas, y en protesta. Bronca. Injusticia. Rabia. Todo eso hoy, todo está mal. Estamos desprotegidos frente a la canallada, frente al hambre, ante el horror, ante la represión y principalmente ante toda la yuta, no nos sorprende la policía de la Ciudad, nos sorprende siempre el silencio. Santiago Maldonado o Facundo Molares. ¿Quién cubre las calles del asesinato, así sin más, de un militante? Pero mañana puede ser cualquiera, puedo ser yo. ¿En qué condiciones se trabaja y en qué condiciones se puede salir a protestar? ¿En qué condiciones podemos decir basta?
Señorito varon cis: hoy estoy de viaje reflexivo y enojada. Nunca me quejo, pero devoro mi dolor haciendo escritos. Estoy cansada pero no de moverme, sino de las huevadas. Traduzco: de las elecciones.
Es un tópico bastante recurrente el ninguneo, y que la violencia y la represión se tiñan de silencio. O con la mayor de las suertes, en repudio fachistoide a las movilizaciones. Estoy siendo irónica. A Facundo Molares lo mataron, en una protesta de menos de treinta personas. Este hombre fue comprometido socialmente, no fue indiferente a los sucesos de las izquierdas en países hermanxs -en Colombia con las FARC así como también en Bolivia-, estuvo militando la mayor parte de su vida, fue preso político, En Argentina comenzó a trabajar como fotoperiodista en Rebelión Popular. Fue justamente en esta función que estaba cubriendo una protesta incipiente acerca de las críticas a las elecciones y terminó siendo asesinado.
Ante la crecida de manifestaciones, se viene a su par la represión y la violencia institucional. Lo que sucederá hoy repercutirá en la intensificación de la mano dura en el día de mañana.
Hoy voto ser más sagitariana que nunca,
Y mover la tristeza –al menos por éste ratito de cronista- para el lugar que dé sentido a la bronca. Y que se pueda decir claramente:
A Facundo Molares lo mataron, no murió así porque sí, fue asesinado cobardemente por todo un aparato nefasto de sistema social y reproducción podrida de vida.
Ph: Rodrigo Ruiz @adrodrigoruiz