No todo tiene que ser tan rudo
Es raro que lo confiese, pero: no todo tiene que ser tan rudo. El día arrancó tranquilo. Aunque la palabra tranquilidad apesta. Es como nos quiere el sistema. Tranquilxs sin molestar a nadie, sin comprometerse ni involucrarse en nada.
Por Rita Crass
Es raro que lo confiese, pero: no todo tiene que ser tan rudo. El día arrancó tranquilo. Aunque la palabra tranquilidad apesta. Es como nos quiere el sistema. Tranquilxs sin molestar a nadie, sin comprometerse ni involucrarse en nada. La paz es distinta. La paz si tiene una fuerza distinta. Cuando era chiquita me decían: estate tranqui. ¿Tranqui qué? Qué. Yo no SOY tranquila. Pero hoy es un día que arrancó tranquilo. A mí sólo me tranquiliza el café. O el helado. O mi perra. O un buen paisaje. Pienso en la música, quiero tocar, quiero volver a Córdoba y quiero patinar. Quiero sentirme viva. Preciso tocar un poco el bosque o el agua. La pregunta que me hago siempre es: ¿habrá tiempo para no tener tiempo? ¿Habrá tiempo para hablar huevadas y no cansarse nunca ni al resto? ¿Habrá tiempo para que no exista más pobreza en el mundo?
Estar tirada en la cama con el amor una mañana, escuchando al primer tero cantar y recordar en la jeta a tu compañera de ruta: viste cómo está el día, y que ¡la gilada nunca da bola a nada!
En wasap envían 400 mensajes lxs cronistas. Están mal. Cada uno tiene su lata, tendrían que cuidar una plantita como ejercicio terapéutico. O que junten tapitas. O hagan la comunión, pero algo tienen que cambiar en los grupos de wasap ya.
Comenzó tranquilo decía, espero que no se descontrole nada. O todo, y yo, ando media retro o alterna, tengo un jardinero a lo Kurt Cobain, unas flores que me hacen acordar el Barock y ya dando un poquito de sermón interno desde temprano. Hago crónicas no para divertirme, si para no aburrirme que es distinto. Estoy tratando de trabajar el cerebro y ser disciplinada. Arranqué hablando del Índice de pobreza y de que el protector solar cuesta 10 mil pesos. Con 10 mil pesos ¿sale un maximum guiso?. Hoy creo que todo está en las nubes. Y nada me sorprende. Los precios suben y mi amor también. Estoy encantada con lo maravilloso que trae la vida.
En un rato cuando abran negocios me mandarán a cubrir y ver cuánto sale realmente el protector solar y si hay stock. En otro momento desobedecería, lucharía, me pondría de frente a la patronal de la estupidez. Ahora, en cambio, estoy como esas maestras jardineras de colegio que aceptan su trabajo sin protestar y se sacan las mejores fotos que guardarás en tu vida, o como las santas que intentan escuchar la voz del alma. Pero pero…
¿Pero por qué todo tan tranquilo?. No todo tiene porque ser tan rudo.
O algo así.
También hay planes. Estará Kicillof, tipo 10.30 am, hablando en la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa. Todo un lollapalooza politik. El de ojos azules sí. Hay mística y semblanza para el candidato en la provincia. Parece una estrella de rock antes que un gobernador por los guardaespaldas. No es que me caiga bien ni mal, intimida su apellido. Pero me parece novedoso porque va a hablar en la Rural. Esperemos que diga ¿algo de Marx? ¿Algo en contra de la Rural? ¿Acerca del fondo, acerca de acreedores? Todo eso y mucho más.
Ya estoy en la oficina de Carbap (esta fiesta rural) y berretines:
Una oficina en un tercer piso en una galería del microcentro. Todo es retro y el ambiente está rodeado de bares del estilo. Acá es chiquito así que voy a estar muy cerca de Ojos azules Axel. Pues termina su discurso y viene a hablar con nosotros a la sala de prensa. Ojitos azules tiene más custodia, ya dije, son como 10. De quién se va a defender, ¿de los rurales?
Nada nuevo bajo el puente. Es la lata electoral. Expone lo que se hizo en esta gestión ante las sociedades rurales y responde preguntas del sector.
No todo tiene que ser tan rudo.
El día se hace largo y responde en vivo y en directo. Toda la conferencia tuvo un ritmo denso. Necesito salir a tomar aire.
Le pregunté un poco acerca de la economía, lo que vamos a hacer con la vida básicamente. Habló como siempre, sin pestañear pero justificándose una banda. Me habló de devaluación, y del fondo, y me esquivó un poco y se escudó.
Yo esperaba pleitos, peleas, sangres o algo que me subiera. Pero no:
Y, no Rita, y no. No todo tiene porqué ser tan rudo.
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