En tiempos de pandemia Roben Couso irrumpe con la publicación de un material musical. Escuchando el momento presente, situado en la calle sin sitio: su cuarto, y fuera de tiempo. De eso se trata este EP

Por Sanderico

Encerrados en estas circunstancias de Covid-19, Roben Couso realiza un EP producido por Rodra López, masterizado por Pablo Barros y con arte de tapa de Stefania Parese. Cuatro canciones que se escuchan de manera sincronizada y constante, disponible en todas las plataformas digitales. Y aquí yace la pregunta: ¿qué más actual que un cuarto en este tiempo? Pues allí se crea, valga la redundancia, Cuarto luminoso y se da la paradoja de ser un disco fuera de tiempo, con el que el músico de Temperley intenta dar cobijo a lo luminoso.

El trabajo tiene resabios de las décadas de los 80s y 90s pero la originalidad y la elaboración a partir de materiales del hoy. Por un lado concreta la actualidad con ciertos efectos de guitarras, sintes y voces en revers utilizadas como un instrumento más. Aun así mantiene un revival que acaricia un espacio pasado, no aparenta ser un disco contemporáneo. Cuarto luminoso son cuatro temas. Un material que muestra sus espacios y no vuelve a repetirse.

“Mi cuarto”es la primera ventana que se abre. Las marcas de la batería son el pulso del comienzo del disco. Al compás del palillo revive una fórmula que no falla y una repetición que contagia. Se agregan elementos para continuar entrecruzando efectos, superponiendo voces, y lo que se repite en el canto “vuelvo a empezar en mi cuarto”.

En“Lo que das”, las guitarras son el enlace que aventura y genera el leiv motiv de la canción. Hay un campo de sonido ambiente que sostiene el tema, es el piano que genera la atmósfera apropiada. En tanto que “Colina”es el quiebre que transporta a melodías electroacústicas, de introspección, incluso en una voz femenina que se adentra entre las melodías y un insert agregado con la poesía de Federico García Lorca.

Por último, “La verdad” llega con melodías de guitarra que son primarias y sostienen todo el tema de principio a fin. “Ya verás el final”, canta Roben al mejor estilo ochentoso de Richard Coleman o Cerati. El trabajo guarda suma coherencia en la autoría y en la interpretación. Tanto es así que sus cuatro paredes podrían ser solo una canción larga de 16 minutos.  

Roben Couso hace del tiempo un disco, y lo hace de forma intuitiva. En su introspección se propuso componer íntegramente piezas sólidas -sin bordados ni sombras. Una habitación de cuatro temas lumínicos y cancioneros. Un disco que deja entrever en rayones de influencias a Fleet Foxes, en especial de ciertas voces, y también a Keane, The Foals, R.E.M. Como en su primer lanzamiento, Las cosas tienen un lugar (2016), se pueden rastrear por debajo de la pintura esas capas de tonalidades de bandas del indie-pop inglés. Verter todo bajo un mismo techo, hacer un sonido particular con esos elementos, aquí el mérito de este nuevo envío de Roben Couso. Cuarto Luminoso propone ingresar e indagar para ver qué se puede sacar de dentro. Si es luz, lo dirá el porvenir.