Por Efraín Bucler
Caminamos, corremos y juzgamos como si la solución estuviera a la vuelta de la esquina. Como si alcanzara con esas vacunas que se están desarrollando.
Alguien tiene que llamar a las cosas por su nombre. A los levantamientos lo combatíamos con marchas a la puerta de los cuarteles. Y nos decían “ultras”, nos acusaban de hacerle el juego a los milicos. Ahora a los que bailan frente a la quinta presidencial con un revolver en la cintura hay aumento de salario.
Y la primavera la transitamos en pleno aislamiento al final. Otra estación que se devora la pandemia. Como las palabras de los gobernantes que piden calma y respeto mientras se entregan a los golpistas modernos. Hace tiempo que espero lo peor o, al contrario, la calma. Pero nada de eso sucede. Y no entiendo cuál es la frecuencia, cuál la canción de estos días.