Reseña Hijos del pueblo – Guillermo Korn

En “Hijos del Pueblo. Intelectuales peronistas: de la internacional a la marcha” -así su título completo-, Guillermo Korn asume el carácter de un paisajista popular minucioso. Elige cinco figuras en oscilación de gamas, incita a romper el binomio, trasciende la clasificación homogénea, recrea los escenarios para entrar de lleno en los grises. 

Por Sanderico

Vidas signadas por el compromiso político, gremial, de oficios, obras y escrituras. Cinco vidas autodidactas y entrecruzadas. El sociólogo y escritor Guillermo Korn escribe acerca de las realidades de personajes olvidados más de las veces. Por momentos, apunta y señala con claridad el simplismo en el debate de la izquierda. Por otros, parecería insinuar una propuesta para entrar en el pasado, para examinar y reverberar el presente. Sea lo que se trame, este libro convida a la discusión, es un aviso necesario e indispensable para la política cultural del presente y es un bosquejo de lo que habría que poner en la mesa del debate actual. Un ejercicio de rescate, con dedicación, de cinco vidas: Elías Castelnuovo, José Gabriel, Jorge Newton, César Tiempo y Luis Horacio Velázquez a la luz del contexto histórico del primer gobierno peronista de 1945 a 1955. En esa década Korn trabaja el paisaje. ¿Qué paisaje con grises pueden crearse en torno a las cinco figuras dentro de Argentina? ¿Qué pueden en la labor del pensamiento y cuerpo en pleno contexto efervescente del Justicialismo? Más allá de la apuesta polémica, la urdimbre dedicada y la artesanía del autor resplandece. El libro refleja un oxímoron: equilibrio inorgánico. Se equilibra por sobre todo un mapa ecléctico en su paisaje social. Hijos del pueblo impresiona por la cantidad de material puesto en juego concisamente que se recrea en muchas puntas, se evidencia la lectura y la selección de muchísima bibliografía y nos entrega unas imágenes de vidas elaboradas en profundidad. No sólo es un análisis historicista, sino que comprende un resultado integral. Es una forma de rendirle homenaje a los autores o quizá una profesión inexistente: un paisajista social minucioso.

De la internacional a la marcha. Ese desplazamiento suena contundente. Como si la izquierda singular del Hijo del pueblo de Mauricio Thorez[1] pasase inmediatamente al plural “hijos del pueblo” revistiéndose de peronismo. Korn logra capturar ese desplazamiento y ver qué hay de resto. Darle armonía “grisácea”. Menciona los debates editoriales, intelectuales, de periódicos de la época, contextualiza, logra acomodar, define implicancias políticas, se posiciona con aquello con lo que arremete, elige cómo escribir y qué quiere decir, también qué trazar en ese mapa como “paisajista social”. En el mapa de grises donde está permitido hilar a fondo aglutina a pensadores diversos desde sus distintas aristas. Ya no es un binomio simplista y homogéneo de “izquierda por un lado, peronista por el otro”, sino justamente multiplicidades heterogéneas de caracteres disímiles, de colores en grises, que ya no pueden ni tienen que reconocerse y clasificarse en las formas evidentes. Es, también, multiplicidad en apuesta a trasvasar la absoluta radicalidad del conjunto de la(s) izquierda(s) unificando esos grises: en este libro, las vidas que se adhieren al peronismo es afirmativa -parte del corazón amante del anarquismo y las izquierdas entran en contradicción- transformando así la capacidad de asombro ante la lectura en zonas álgidas y polémicas.

Como pintor presentó ya tonos grises cruzados. Como paisajista muestra un camino. ¿Camino? Veamos de qué se trata. Estamos ante una apuesta que es la siguiente: comienza el libro con la introducción, una defensa  manifiesta que brinda huellas, signos del mapa y el viaje recorrido que comporta su investigación. Propone algo excitante, sutilmente agresivo, llamativo: es que en buena medida, Hijos del pueblo marca al comienzo un método específico pero luego no pretende ninguna concesión pedagógica o el rebajamiento del nivel de complejidad, no rinde jamás pleitesías a sus lectores. Korn se ha encargado de hacer un compendio y una elaboración crítica inmensa, que devela con los textos y los pone en la mesa de la actualidad. En eso consiste su maestría, hacer de lo complejo algo manifiesto, a lo caótico darle color, paisaje y camino. Según palabras del autor como un “caleidoscopio que recrea y modifica”. Amablemente, en cuidado y con generosidad, deja que agarremos el camino de las cinco figuras que escogió tratar de la manera que queramos y que nos sumerjamos en sus vivencias y sus problemas.

Cada lector tendrá una impresión distinta. El libro es un mapa donde se explora de todo, su arquitectura se centra en bases y tópicos claves de una época. Korn marca en cada capítulo un camino, bases en avenidas, barrios y calles: capítulos tales como “Poetas en las calles”, “Arte en los trenes”, “Bibliotecas”, “Reformas”, “Huelgas”, “Teatro de trabajadores”, “Plaza, clase y bombardeo”, “Escritores en las marchas”, “Embates en el cine”, “Teatro independiente o teatro nacional”. Señala y muestra prados, campos, verdes y bosques: analiza “Estéticas”, “Relato de viaje”, “Oficios terrestres y cumbres espirituales”, “Semblanzas”, “Controversias”, “Torres de marfil y maestros de la juventud”, “Claridad”, “Novelas”, Traza huellas, fuentes y caminos: “Ficciones, bronces y estatuas”, “Ensayos sociales de protesta”, “Políticas de la lengua”, “La lengua del pueblo, fútbol y fiesta”, “Cultura de masas”, “A la vanguardia”, “Antiimperialismo” y “La patria grande”. Son algunos de los títulos que recrea un buen paisaje. Lo poco que tenemos de imaginación política en sentido estricto del Pueblo (pues las figuras destacadas provienen de la inmigración) son bases que se dan aquí y dan un puntapié, motivan para un arsenal de otros nuevos estudios e investigaciones, infinitas e interminables.

La política de los nombres

Contrariamente al reduccionismo y etiquetas -de lo que se cuida insistentemente el autor de no caer- trataremos acerca los nombres y los personajes que no se encuentran ni arriba ni abajo, sino entre el contexto, entre las masas, dentro de la materia. También se podría decir que nos sugiere características internas de cada uno de ellos, o sea, como forma cualitativa y de rasgos particulares de estas figuras. De los cinco escritores sobresale en síntesis que son boedístas, viven de lo que escriben, están en el núcleo de la revolución, son autodidactas, se involucran en la cultura y en el oficio de escribir con un espíritu crítico. En todos ellos hay: potencia, esfuerzo, trabajo, rebeldía ante las injusticias y compromiso. Pueden ser arquetipos a seguir, en algunos más notorios, en otros menos visibles, pero fueron orientadores de la cultura del país. Y más se podría decir: atributos vitales en ejemplos de ética en Castelnuovo que “transitó entre el anarquismo y el comunismo”; valor de nobleza en José Gabriel que estuvo involucrado en “la enseñanza del periodismo ligado a la historia del Colegio Novecentista y la Reforma Universitaria”; dedicación en Jorge Newton que “desde mediados de 1930, publica varias novelas de contenido social”; en César Tiempo creatividad ya que no para de escribir “desde cine hasta varios artículos y una única novela (Así quería Gardel); en Velázquez compromiso en tanto “fue vocal de la Comisión Nacional de Cultura y, más tarde, presidente de la Comisión Protectora de Bibliotecas Populares”.

La polémica

El debate es más complejo de que si se está o no se está, se siente o no se siente, se vive en contra o a favor de la voluntad del pueblo. Pero si vale la causa, vaya causa, ¡de las mayores causas! Estos cinco autores dijeron que sí, que están con el pueblo, y estar con el pueblo ¿significa adherirse al peronismo? Esto es clave en la hipótesis del libro. Ahora, el propósito del autor es romper con los binomios: ¿el pueblo era peronista o Perón era el pueblo? ¿Perón era la figura bonapartista o líder carismático? ¿Es la masa sufriente o la masa proletaria? Aún hoy las preguntas son incisivas. El trabajo da claves: de qué manera, en qué sentido acordaban estas cinco figuras con el pueblo o con el gobierno encabezado por la figura de Juan D. Perón. Estos intelectuales tienen tintes sectarios, poseen rasgos de crítica negativa, también a veces son indiferentes y muchas tantas enemigos. En Hijos del pueblo cada lector podrá comprender estas dimensiones y sacar sus conclusiones. Esa disputa se presenta concreta y contradictoriamente. Korn afirma el desplazamiento directo al subtitular De la internacional a la marcha. Para ello el paisaje es pasaje político, tránsito y problematización.

A modo de conclusión

Es muy minuciosa la línea que separa este trabajo de la de la música, por ejemplo: es una obra separada por capítulos, como canciones. Korn sostiene a entera luz evocando y develando -esa es la mayor de las virtudes críticas en este libro- no como tono de denuncia, sino que visibiliza los textos, archivos, registros en primer plano para que susciten por sí mismos, no denunciando pedante o “moralmente”. Eso hace atrapante la lectura, tiñe de cronologías, ordena biografías coherentemente, reverbera las historias asumiendo un resumen de las novelas y escritos de los autores en relación con los sucesos de su tiempo, da pausa, ritmo, polemiza y problematiza, en su conjunto como un paisaje bellamente diseñado. Todo se cuadra enteramente en este libro como oda a las zonas incómodas. La vida está plagada de incomodidades, de obstáculos, de gamas o grises, cada rostro suele esconder miles de retazos que llevan a dilemas en la existencia que no son solo revolución o aceptación, internacional o nacional, patria o muerte, que conviven en la conciencia de sobrevivir con dilemas, en este caso, luchando, aceptando o apartándose con los grises del camino. 

Estos cinco autores pelearon con su cuerpo, por un mundo justo, con justicia social, con dignidad, con soberanía y por sobre todo, por la voluntad y sentimiento del pueblo, ¿entonces qué? No hay mucha información disponible sobre ellos y, sin embargo, se podría decir que son fundantes en la imaginería, como facultad simbólica concreta, de la política popular. Con suavidad y esmero el libro es atrapante y otras veces una lectura que sorprende, uno no sabe que encontrará en los títulos siguientes. Contiene una prolijidad inusitada en más de trescientas páginas; Hijos del Pueblo comprende una labor minuciosa que retrotrae la mirada sujeta en esa época y pone los tópicos en debate: cómo actuaron, qué hicieron, cómo se sintieron, qué causas se extinguieron y cuales permitieron crearse y recrearse tras la llegada de un proceso en estos cinco pensadores que a grandes rasgos eran totalmente críticos y combativos. No nos da ningún tipo de receta y comodidad. Y eso es lo que debemos festejar. Lo que se intenta aplicar en el texto (izquierda, peronismo, intelectuales) se replica: estos cinco personajes aparentemente tan disímiles, son vidas de tormentas de caos, y el trabajo que se ha propuesto transmutar Korn ha sido el de acomodar, sin lugar a dudas, excepcionalmente los perfiles, y darle, vaya la paradoja, claridad.


• Hijos del Pueblo. Intelectuales peronistas: de la Internacional a la Marcha

• Guillermo Korn

• Editorial Las Cuarentenas, Buenos Aires, 2017

• 332 páginas


[1] Hijo del Pueblo. Mauricio Thorez. Ediciones Espiga. Buenos Aires, 1945.
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