<span style='font-size:28px;'>Punk y Fanzines</span><br> La prensa de los que nada sabían

Punk y Fanzines
La prensa de los que nada sabían

El fanzine fue el órgano de difusión y organización del movimiento punk originario ¿Pero que era en realidad? ¿Qué función tenía? ¿Qué lo inspiraba? Va aquí una introducción para comenzar a adentrarnos en el tema

                                                                                                                            Por Javier Becerra

Son pocas las subculturas juveniles que han logrado desarrollar sus propios medios de comunicación. Seguramente el Punk fue la mas espectacular de ellas en ese sentido, con una muy particular forma de prensa escrita popularmente conocida como fanzine. El fanzine constituyó uno de los dos grandes pilares del movimiento punk originario junto a la producción musical. Con reducida capacidad técnica y material, y con poco trabajo acumulado, el movimiento punk puso así en pie un amplio circuito de producción cultural en muy poco tiempo y con un alto impacto que llega hasta nuestros días.

El fanzine punk cubría un abanico de objetivos. Era una forma de hacer conocidas a las bandas, de difundir fechas y actuaciones, de presentar entrevistas, pero también fue un arma de defensa contra los bloqueos y ataques que la prensa oficial realizaba contra el novedoso movimiento.

El establishment del rock no estaba solo constituido por las bandas. Éstas a lo sumo eran la cara superestructural de la gran industria del rock formada por productores, discográficas, radios, revistas y un ejército de periodistas profesionales. Los detractores del punk eran muchos, variados y poderosos. Como bien sabemos, la industria del rock no reniega de fenómenos de vanguardia, pero tampoco permite que estos fermenten y se desarrollen libremente. El fanzine, en esa acción de autodefensa, se adentró así en el terreno de elaboración de ideas un tanto mas complejas que terminaban dando forma a una suerte de pseudo ideología reafirmando su condición crítica, de ruptura creativa y mercantil con el viejo rock y su maquinaria. La prensa escrita del punk actuaba como un organizador de ideas y de acciones, tomando las características clásicas de la gráfica que mantuvo desde siempre y en particular de cierta tradición socialista.

El fanzine contó con una gran ventaja: el bajo costo de su producción. La elaboración y copiado de un fanzine resultaba sumamente económico por las posibilidades de la tecnología de la época. Las fotocopiadoras ya eran populares, al menos en Inglaterra y los Estados Unidos, y no un objeto de alcance reducido. Esto le dio una ventaja por sobre la producción discográfica independiente, sumamente costosa a mediados de los años ´70. Los bajos costos, además, permitió gran autonomía a los editores. Cualquier joven podía realizar su propio fanzine y con eso cualquier joven podía transformarse en una tendencia en si misma dentro del movimiento punk.


El fanzine era otro claro ejemplo de cómo el Punk levantaba cualquier tipo de barrera entre el músico o el periodista de rock profesional con el público que escuchaba o leía. En esta clase de producción también encontramos como el punk expresaba formas que combinaban la dinámica de la vanguardia con lo popular. La idea del fanzine era llegar a la mayor cantidad de personas. Snife Some Glue, primer fanzine inglés, llego a tener una tirada de 15 mil ejemplares.

El fanzine contó además con algo que lo hacía particularmente distintivo: una forma y una estética absolutamente disruptivas. Un diseño basado en un collage aparentemente incoherente y anárquico con un lenguaje que lo dislocaba todo, pero que en realidad era una perfecta síntesis entre contenido y forma. Un caos cuidadosamente estructurado dominado por un vocabulario y una técnica regidas por leyes propias.  Esa síntesis era lo más importante de todo y es allí donde nos debemos adentrar evitando el divorcio artificial entre contenido y forma tan típico del realismo estalinista que hace de cualquier forma un envase para cualquier contenido. El fanzine expresaba esa inoportuna revelación de la diferencia en la que un “criterio social” no puede nunca excluir a la forma. El fanzine punk distorsionaba, deformaba y desconyunturaba para luego reorganizar y formular fusiones estéticas explosivas.

¿Pero de donde provenía esa magistral idea e interpretación impresa? Toda subcultura juvenil es el resultado de una serie de mutaciones y extensiones de códigos ya existentes. Hay una serie de impulsos creativos del pasado que son resignificados permanentemente en forma de nuevas equivalencias en función de un momento histórico concreto. La producción del fanzine, lo mismo que la música punk, fue una producción históricamente concreta que respondía a necesidades de una fracción de la juventud de extracción obrera. Esto es lo que nos permite entender al movimiento punk como un fenómeno que superaba en mucho la típica caracterización de “un puñado de inconformistas”.

Pero como decían los situacionistas de los años ´50 y ´60 “…niños perdidos que buscan a sus padres, padres que buscan a sus hijos perdidos. Todos fijándose en los rostros equivocados pasan de largo ante los demás. Esta es el discurre de la historia secreta, una historia quien permanece en secreto, incluso para aquellos que hacen la historia”. Y no es casual que nombremos a los situacionistas, porque ellos constituyen una de las tres fuentes principales de inspiración de los fanzines del punk originario inglés.

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