Una lluvia de escombros Cuando la mejor banda del mundo ensaya en la esquina de tu casa

Hernán Cortés sorprende con estos “Fragmentos del rock en el Gran Buenos Aires Sur (80s-90s)”, en el libro Una lluvia de Escombros editado por Editorial Madreselva este año, que cuenta los inicios de lo que se conoció como “Nuevo rock argentino” y el devenir en la década neoliberal.

Por Leo Rodríguez


La zona sur del conurbano bonaerense, que se extiende por los alrededores de las arrumbadas casas bajas estilo inglés de la ciudad de Temperley, una geografía que puede leerse arbitrariamente entre el distrito post industrial de Lanús y las relajadas quintas de Adrogué, fue la cuna de un fenómeno que rápidamente el marketing se apuró a etiquetar para vender como “Nuevo rock argentino”. Pero debajo de toda revelación emergente, subyace un sedimento cultural que los periodistas especializados ignoran y la historia olvida, sentencia la contratapa de Una lluvia de escombros.

La argamasa de los relatos de Rodolfo Walsh es el héroe anónimo, “el hombre que se anima”; ¿habrá leído Isabel de Sebastián a Walsh?

Hernán Cortes se sorprende, porque a pesar de ejercer el periodismo no se había pensado en clave walshiana.

Sin embargo, la materia prima de Una lluvia de escombros puede ser, más bien, el antihéroe. A contramano, o quizá como lado B del héroe, el antihéroe no va hacia el fuego como la mariposa para hacerse parte de la llama colectiva. Suele confundirse al antihéroe con la pulsión del egoísmo o el individualismo, sin embargo, nada más alejado. El antihéroe pone en juego su propio pellejo para dar testimonio, para provocar movimientos en el cotidiano insoportable, el presente insufrible, ahí donde los proyectos colectivos que se devoraron el alma de los héroes están de rodillas.

Los años 80’s fueron la década perdida, y los primeros 90’s la estampida neoliberal que la derrota de Malvinas corono con el lema There is no alternative de Margaret Thatcher. Entonces, un puñado de náufragos, flores en los tachos de basura, en una geografía específica, en un tiempo particular, se dedicó a componer la banda de sonido del calendario de atrocidades que fue vivir en el conurbano sur durante el apogeo neoliberal.

Un libro puede ser, también, una fotografía, y como toda imagen arbitraria o incompleta. Hernán Cortés traza biografías musicales forjadas en desvelos y excesos de jóvenes forzando la elasticidad de las fronteras vitales.

Cortés recogió pacientemente los retazos de esas pequeñas historias que se asemejaban a leyendas urbanas, mitos o fantasmas de jeans rotos y zapatillas de lona, y los desplegó en un acto de justicia poética. Copiloto Pilato, Barrio turco, El lado salvaje, Pepe Albano y el reviente, Los Corrosivos, Pirata industrial o Los inadaptados pueden resonar hoy como nombres extravagantes para aventuras de adolescentes suburbanos que comenzaban a insuflar ritmo a su desencanto con la recuperada democracia. Este libro nos cuenta cómo, muchas veces, la mejor banda del mundo puede estar ensayando a orillas de la avenida Pavón y las vías del Ferrocarril Roca.

Siete historias, como los siete jinetes del apocalipsis, con ruido a carne, como llamas en el pecho, como una lluvia de escombros, que son ese despertar del cuando no se aguanta más.


Ficha Técnica

Título: Una lluvia de escombros

Subtítulo: Fragmentos del rock en el Gran Buenos Aires Sur (80s – 90s)

Autor: Hernán Cortés

Editorial: Madreselva

ISBN: 978-987-3861-60-4

Año: 2022

Páginas: 216

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