Crónica: No soy una radio
No soy una radio. Soy una persona. Internamente por mi salud mental voy a seguir un camino que tenga corazón.
Por Rita Crass
Hoy es miércoles y tu crónica lo sabe. Es una mezcla de cosas lo que sucede, hoy cubro huevadas para mí. Pero para el mundo, para Argentina no. Es el dólar lo que sacude al ser humano. Yo necesito ser sacudida por la brisa del amor, saber qué opina usted del corazón, cuál es el camino que debe seguir mi corazón, y no de cuánto el dólar blue hoy está. Porque la confianza si está blue, es de tristeza. La confianza en el valor del peso quedó muda hace rato. Todos te hablan en dólares como si nuestra vida fuera verde. Y es triste.
Triste blue triste. Ya me late el ojo. Y está pesado el clima, como muy húmedo. También me saca pilas eso. La crónica de hoy la puedo contar en pocas líneas. Fue una carrera para sobrevivir: Precios, terror y dólar.
Verde dólar esperanza. Y no. No hay esperanza. La esperanza se sabe, se inventó para que los pobres piensen que va llegar el Mesías. Que lo esperen. Es como el banco, los dueños y gerentes nunca esperan pero hacen esperar al pobre. Los ricos nunca esperan. Y ni el rico, ni el Mesías va a venir con las joyas de amor, lamento decirles.
Recuerdo que la última vez que vino Jello Biafra a Argentina, aquel cantante de Dead Kennedys -e hijo de un padre poeta y trabajador social-, salió al escenario con una bata repleta de dólares y tiraba billetes falsos al público. Esa ironía, ese sarcasmo de Biafra, lo necesito yo, porque entendió que la gilada está en cualquiera. Siempre va ser así, siempre. ¿Nunca va a cambiar?.
Hoy no tiene sentido relatar nada, sólo decir que es una crónica que habla de seguir un camino con el corazón.
Tengo ganas de dormir y no estar trabajando. Mi cuerpo está cansado. No sé si estoy enferma o simplemente la frase trillada hermana: es el capitalismo. Me tomé de enserio el papel de Roberto Arlt y al ser caballa no puedo sostenerme. Pero en momentos me siento más fuerte que él. Es más, tomo mucho café; Arlt comía café.
Mi cuerpo me demanda descanso. Mi nuevo jefe me demanda. Y es terrible que te demanden por estupideces. ¿Tengo que acatar? Yo no le caigo bien a él pero siempre le hablé con respeto, entonces siento que se propuso hacerme pisar el palito, hartarme y que yo me descoloque, me desconozca. No va lograrlo: si es necesario voy a fumar pipa en un banquito de la calle Florida pero voy a salir al aire con cualquier mierda que me pida. Me pide una cosa, me llama y me piden otra, me enganchan al aire y yo tengo que hacer malabares.
No soy una radio. Soy una persona, necesito prepararme, armarme la data, no puedo chamuyar sobre la nada. Repito: No soy una radio. Soy una persona. Internamente por mi salud: voy a seguir un camino que tenga corazón.