Raúles, Macri y miel

Una ciudad llena de Raúles nos hace buscar lugares para tomar aire. Poroto es una excepción, por eso me cae bien. ¿Cómo será Viggo Mortensen? Por lo pronto elijo creer y me aferro a la poesía.

Por Rita Crass


Que se mueran todos los Raúles menos Poroto, uno de los floristas me vio parada en estos días y me dice: ¿qué te parece si te hago una nota algún día yo? Poroto no es parecido a los Raúles –entiéndase Raúl: 1.60-70, denso, macho alfa, obse, estúpido, baboso, jefe, patriarca, batato y demás. Encontramos a los Raúles en cualquier parte del día, son los que criaste de niña, los que silban cuando pasa una amiga, los que violentan con su mirada. A los Raúles los encontramos en los siguientes oficios y lares:

-Taxis

-En pleno Subte

-Supermercados

-Fila de bancos

-Juntada de amigxs.

-Juntadas familiares.

Voy a cambiar de tema. Pero es aún peor que los Raúles. Es acerca de la crónica. Me toca el apellido que corrompe, de tamaña mierd*. Nunca imaginé que Macri siguiera en el país, tan dolido por todo lo que hicieron sus ancestros. Estoy haciendo crónica, nunca consideré como una posibilidad hacerle una nota a Macri y la verdad, es trabajo. En la legislatura porteña todo es lujo. La explotación se ve reflejada en este lugar. Lleno de fachos y garcas que olvidan quienes construyen estos lugares. Ya se dijo que si fuera por mérito, es decir, la boludez de la meritocracia, todos los edificios, palacios y estos lugares le debieran pertenecer a los obreros. Algo que, por cierto, siempre se olvida. Vivimos en un mundo descorazonado. Está Macri aquí, en una reunión. Sube la escalera y Macri camina. Pude grabarlo y no putearlo. Estoy avanzando en la meditación. Le pregunta algo otra colega y quedo suspendida atrás del tiempo, de los cuerpos y ya todo desaparece.

El tiempo es importante cuando estamos vivos, cuando se ama la vida. Después se vuelve tedioso todo. En definitiva, lo potente de la vida pasa cuando hay miel en el mundo, es decir, cierta dulzura, y cierta caricia en discos, en libros o en poesías. Quisiera eso en un día así. No parece primavera, sino que es un día húmedo y gris. Viggo Mortensen dice algo acerca de todo esto. Menciona la miel, en una poesía para estos momentos, que se llama “Te veo”:

“Te veo como si aún estuvieras sentada a mi lado
te oiré hasta que olvide por qué no te quise más
este invierno
guardo el peine que dejaste
la miel que curó tu herida
y la perla negra de mi duda”.


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