A casi un año de su última visita al país, Julen y la Gente Sola regresó y brindó un show en formato acústico conmemorando los diez años de su disco homónimo. La banda uruguaya estuvo acompañada de Incluso si es un susurro soviético y Julia Lunar. La cita tuvo lugar en Strummer Bar, Palermo.
Por Patricio García
Fotos: Ainara Romero
Pasadas las 20hs, Incluso si es un susurro soviético en formato reducido con Fede Cáceres (guitarra y voz) y Julia Lunar (coros) fueron los encargados de inaugurar una noche soñada para el indie rioplatense.
La banda oriunda de Tacuarembó repasó gran parte de su último lanzamiento Make Uruguay Depressive Again (2024). Con un show de casi 45 minutos de duración, logró atender y reivindicar elementos del post punk ruso, el indie y el surf, incorporando no sólo elementos electrónicos y distorsivos, sino también el formato más fogonero de guitarra y voz.
El show no solo contó con sus grandes hitos recientes como “Playa de la Disociación” o “Vorkutá” sino además con un cover del cantautor argentino El Nota: “Le conté a mi psicólogo de vos”.
Sin tanta parafernalia ni tantos alegatos, la puesta en escena modesta fue efectiva: un telón negro acompañado por un trabajo de luces que entre tema y tema iba tiñendo al escenario de celeste y blanco -un guiño a los colores de la bandera charrúa-. En ese marco, Fede y Julia lograron llevar al público a un estado de ensoñación.

Cerca de las 22 horas, Julen y la Gente Sola, se presentaron al escenario para coronar la noche. A diferencia del estado de fantasía que había dejado Incluso si es un susurro sovietico en el ambiente, Julen logró un clima de descontrol y euforia en los presentes.
El show arrancó con “La chica del mantenimiento” sin previo aviso. Federico Morosini (voz y guitarra) acompañado de Juan Pablo Campagna (a.k.a. Jumpi), interpretaron de forma completa y lineal el disco homónimo lanzado hace diez años, así también como algunos temas de su disco posterior Para siempre (2020).

El cantante agradeció a quienes se acercaron y a aquellas almas solitarias que no se quedaron vagando en sus casas sin más. Es un tanto absurdo y descabellado que el evento haya tenido cita un 14 de febrero y que se festejen diez años de la gente sola.
Antes de presentar el tercer tema invitó al escenario a Julia Lunar para interpretar Nunca viajé en aviones. Por momentos, Fede dejaba de cantar para darle lugar al tarareo de Jumpi. Ambos se mostraron tímidos; Jumpi hasta hace no tanto se cubría con su guitarra, atrás, rasgueando, punteando un par de melodías.

Luego de unos temas más, el show subió de intensidad, tanto arriba como abajo del escenario. En el momento de “Asuntos ajenos”, emotiva por su melodía extraída de una cajita musical, el guitarrista fue protagonista del mismo. El público intuyó que sólo faltaban un par de canciones, entonces comenzó a cantar cada vez más fuerte, hasta el punto de que ni Jumpi ni Fede se oían. Fue el único momento de la noche en que Fede se quitó los lentes y miró a los ojos al público: era evidente su emoción. Los presentes comenzaron a corear el nombre de la banda y a aplaudir en simultáneo. Habrá sido eterno para Fede, quien no pudo resistirse en prometer volver en algunos meses, alegando que es mucho más factible y rentable que sea en formato acústico.
Antes de dar por cierre al grueso del show, Fede pidió un aplauso e invitó al escenario a Fede Cáceres para interpretar Larry García. Fue así como el disco llegó a su fin pero los Julen no dieron por terminada la noche: el inicio al segundo acto era inminente. Fue en esta parte que presentaron y adelantaron nuevas canciones: “Planetas”, “20.000 km” y “Cosmos” sonaron y prometieron más del gusto de los seguidores.
A esta altura del partido, los Julen volvieron a pasar a un segundo plano. El público fue quien impuso -de nuevo- las reglas del juego. Los gritos se agigantaron y tomaron mayor presencia. Cautivar al dúo montevideano parecía ser tarea fácil para aquellas almas solitarias. Durante el último cuarto de hora que restaba, el público se encargó de devolverle y demostrarle todo el cariño que se les tiene desde este lado del Río de la Plata.

Fede bebió el último trago que le quedaba de cerveza. Jumpi le devolvió una sonrisa al público que durante una hora no descansó en saltar, cantar y corear cada una de las canciones. El show llegaba a su fin, y Fede volvió a agradecer a todos los presentes e invitó de nuevo al escenario a Fede Cáceres, personaje entrañable que no hizo más que deslumbrar y llevarse por el ambiente que emergió desde el público.
Tener que cargar con la verdad de que no se pueda hacer nada porque el show ya había llegado a su fin debe ser de las cosas más dolorosas y hermosas para un fan. Así fue como con “Funeraria” la banda oriunda de Montevideo se despidió y renovó su promesa de regresar en breve al país. Como siempre, allí estaremos.



Agradecimientos: Alejandro Almada