Parte III Un Roberto Arlt polifacético y a contracorriente

A través de la prepotencia de trabajo, Arlt rescata la flor del lodo. Vincula la imaginación creadora de sus sombras al calor del contexto situado, criticando impetuosamente al sistema y poniendo de relieve la desolación de las almas explotadas que, sin embargo, persisten.

Por Sanderico

III) Con falsa erudición y citas exageradas: urbanismo, “cuestión social” y anarquismo en Arlt.

Hay en la mirada de Arlt furia, dolor, lucha, cansancio, angustia soberbia, brutalidad: hay belleza, hay realidad, hay existencia. En su mirada se cifra la violencia del cross a la mandíbula sin perder la ternura de Hipólita -como conjuro contra la tristeza y la madrugada- y un mate a Erdosain. Arlt mira más allá. Arlt ve.  

Preámbulo Bastardo, anónimo.

El urbanismo en Arlt, se asienta en registros con cuerpo, cuadras inhóspitas, visiones estéticas de adoquines, trazos geográficos a escala territorial, urbanística o arquitectónica, Arlt no sólo ve “las calles” y “el bandoneón” si no que registra y conecta en un vaivén, como un rayo en su máquina, el reflejo de su tiempo, y conjura lo inexorable de lo particular con lo general: de ahí su fuerza y épica. En el prólogo de Secretos femeninos en Roberto Arlt (1996), Guillermo García dice que lo central en la escritura de Arlt se encuentra en los suburbios:

“De ahí la importancia de las geografías de tránsito y marginación: el galpón, lugar del inventor amateur, con matiz de clandestinidad respecto de la ciencia como institución; el calabozo, el hospital, el prostíbulo como lugares de castigo y ocultamiento; la pieza de hotel o de pensión (…) el tipo ciudadano tan caro al imaginario arltiano, el hombre solitario y cínico que carece de una familia y un hogar”.

La arquitecta Zenda Liendivit en Vida de monstruos: espacio, violencia y ficción en la obra de Roberto Arlt (2010), por su parte, comenta algo clave con respecto al urbanismo:

“Arlt comprendió cabalmente la relación entre espacio urbano y las posibilidades de acción, como el ambiente y la arquitectura condicionan y hasta que punto, la autonomía del hombre. Arlt ve la ciudad como la manifestación de una promesa integral en el que se articulan la tradición, la historia, las lenguas, las costumbres, las clases sociales junto a los elementos urbanos propiamente dichos y realiza un procedimiento de desmantelamiento de los mismos, como un proceso inverso del diseño”.

Las zonas de influencia respecto a la temática del urbanismo se da en una relación tácita, casi familiar, con el autor de Cabeza de Goliat (Ezequiel Martínez Estrada, 1940) así como el vínculo entre lo errático y la profundidad del lenguaje con el poeta del Pecado Original de América (Héctor Álvarez Murena, 1954).

Suriano en La cuestión social en Argentina (1870-1943) define a ésta como “concepto abarcador y ajustado a la cuestión obrera, en tanto este último remite específicamente a los problemas derivados de las relaciones laborales. Sin embargo es importante remarcar que, aunque no fue la primera manifestación de la cuestión social, el problema obrero está en el centro del debate y cruza la gran mayoría de problemas inherentes a la cuestión social: la pobreza, la criminalidad, la prostitución, la enfermedad y las epidemias o el hacinamiento habitacional, para no mencionar la conflictividad obrera, resultan todas cuestiones vinculadas de una u otra manera al mundo del trabajo en tanto eran parte de sus desajustes (bajos salarios, malas condiciones de trabajo, desocupación, etc)”.

Advertimos lacuestión social en la cita “Creo que a nosotros nos ha tocado la horrible misión de asistir el crepúsculo de la piedad” y nos preguntamos ¿de qué piedad habla Arlt? Podemos encontrar algunas pistas escritas en la década del ´30:

”Al separarme de mi amigo, me fijo en las plazas públicas. Es sencillamente catastrófica la cantidad de gente que ocupa los bancos. En Plaza Once, a las cuatro de la tarde, no hay un solo asiento desocupado. En Congreso, ídem. En Plaza de Mayo, la plaza menos simpática para los desocupados, encontramos ahora que los escasos bancos que hay los ocupan señores sin posición económica ni renta fija. (…) hay una sola realidad… la realidad son las plazas repletas de desocupados, las agencias de colocaciones atiborradas de desdichados que buscan “cualquier cosa” para parar la olla.”.

El Mundo

“Es la miseria. El cansancio. La tristeza. La necesidad de buscar olvido. Un hombre sin trabajo… y aquí ya tenemos la respetable cifra de quinientos mil desocupados que necesita meterse en alguna parte donde lo que sus ojos miren sea completamente distinto a aquello que, día por día, noche por noche, le recuerda que es un ser humano que no produce ni para sí mismo. El hombre se mete en el cine… como en otras partes el desocupado se mete en la taberna a buscar en un vaso de vino alcohólico el borrador de sus penas… el paliativo de su amargura que en ese instante le hace pensar: ´En este momento, ella me estará esperando esperanzada, diciendo: Tengo el presentimiento que hoy él va a venir con buenas noticias´”.

El Mundo

La inminente inmigración, de la cual es producto Roberto Arlt, trajo las ideas modernas y la paradoja de luchar contra esas mismas. Ya en 1899 en Argentina aparece la revista Ciencia Social, cinco décadas antes de una ciencia pretendidamente “sistémica” o estudiosa de lo “marginal”, existió una ciencia fuertemente implicada con el Arte.

Gino Germani (1911-1979) institucionaliza y formaliza la ciencias a partir de 1957(1). Pero con la intención grosera de aislarla de las artes. Ya dicho empíricamente de entrada, la ciencia crítica no se separa de la contracultura y las primeras huellas de la investigación con el espíritu creativo. En el desplazamiento de principios de siglo al Arlt crítico de los 30´s, hay una tensión de continuidad. Y se podría decir en la realidad Latinoamericana del siglo XXI.

Por citar algunos ejemplos, en el caso de la ciencia social, podemos tomar a los precursores de la crítica como Pallieri, xilógrafo e ideólogo anarquista, y el propio Errico Malatesta con su periódico anarcocomunista La Questione Sociale; así también como otras fundaciones de la corriente ácrata de Oficios Varios que involucraron a la ciencia y otras esferas, sumada a la idea de la lucha de clases y, básicamente, de la inminente caída del sistema capitalista. Los anarquistas organizacionales y los discursos acerca del derecho a la dignidad y al trabajo en diarios como la La Protesta fueron de avanzada y un punto de inflexión en el entramado social. 

Es decir, dos ideas fuerzas a contramano operan en la escritura de Roberto Arlt, admitidos por él, por un lado, simpatiza con el anarquismo (idearios, teoría-práctica, ética y acción social, estética cultural, imaginario rebelde, intervención sindical proletaria de escritores, organización e individualidad libertaria, obreros y revolucionarios) y por el otro la trama de la cuestión social(conflicto entre capital y trabajo, urbanismo, industrialismo, subdesarrollo, Estado y mercado, ciencia y delito, relación de poder, positivismo, burguesía y política) con múltiples aristas y que convergen en la visión unificada del escritor. Todo esto, con un vaivén de lecturas prematuras, caóticas, desordenadas, de folletines y estudios especializados.

Desde joven, mostró simpatía con el movimiento anarquista, representado en “Yo y Ferrer” de una de sus autobiografías.Cuando Francisco Ferrer Guardia (1859-1909), educador anarquista fundador de la Escuela Moderna en España, fue fusilado, un Arlt aún niño e indignado inició una protesta barrial seguro de que el pedagogo “desde el cielo, aplaudía mi desagravio”. (1) Sylvia Saítta fue quien, desde múltiples ángulos, estuvo más de quince años recopilando material. Desde Entre la cultura y la política: los escritores de izquierda(2001) postula que: 

“Se trataría de rescatar un cúmulo de voces o jergas desplazadas de los sistemas literarios dominantes y de incorporar al territorio de las letras lo excéntrico lingüístico: básicamente el aporte dialectal inmigratorio operado a través del lunfardo.(…) El tipo arltiano suele adoptar los caracteres de la marginalidad. Hay en esta escritura una inclinación constante por dar la palabra a los desclasados, en cambio, aquellos que han hallado su lugar en la estructura social y están conformes con él -tal es el caso de los tenderos o de los pequeños propietarios- son objeto de un sarcasmo feroz”.

El especialista y erudito Ángel Cappelletti (1927-1995), en conjunto con Carlos Rama en la obra Anarquismo de Latinoamérica (1990), menciona al autor de los Siete Locos pero no lo desarrolla en profundidad:

“La literatura de izquierda anarquista nace con Florencio Sánchez o con Ghiraldo, y con otros escritores y poetas que, desde los últimos años del siglo pasado estaban ya identificados con el comunismo libertario. Más bien, habría que dudar de la existencia de una literatura argentina de izquierda después del grupo de Boedo y de sus continuadores inmediatos. En todos ellos, aunque las décadas del 30 y del 40 los encontraran como simpatizantes del leninismo de la URSS (….) Sin mencionar a Roberto Arlt y a otro varios, decidida actitud militante a la vez que un dominio polémico y particular de su expresión estética.”

Arlt esboza una relación sintética de lejanía y cercanía con el movimiento libertario. Específicamente en Los lanzallamas (1931) hay un capítulo dedicado a “los anarquistas”, donde en nota de editor, Arlt subraya:

“Pensando luego en el hombre de los ojos verdosos se le ocurrió que podía ser el anarquista Di Giovanni, más prudentemente se abstuvo de hacerle ninguna pregunta al astrólogo “ (1931:293)

El 1 de febrero de 1931 escribe para las Aguafuertes “He visto morir”, un relato sobre el fusilamiento del reconocido anarquista Severino Di Giovanni. Es esa misma narración que puede ser vista y oída en un registro audiovisual recientemente puesto a disposición (2). Quien lee es Osvaldo Bayer (1957-2018), historiador, escritor y militante de reconocida trayectoria. Bayer dedicó gran parte de sus estudios y ensayos a hechos y personajes relacionados al anarquismo.  

Nos hemos propuesto en estas tres partes brindar un vistazo, a grandes rasgos, y develar el mundo de Roberto Arlt para entrado el segundo decenio del siglo echar luz en sus trabajos inclinados a contracorriente.

Se nos hace evidente en la época actual la notoria vigencia de su pensamiento. La “máquina polifacética” en Arlt (ver Parte I) no es tan sólo el escritor urbe centrista, ni tampoco el otro extremo, un exótico paisajista. Sino que justamente, lo polifacético a contracorriente radicaría en que encontramos matices múltiples, ensambles naturalistas como descripciones de la ciudad.

Pues no se trata de contraponer dos visiones de mundo, un Arlt antes del 30 o después del 30, sino ver una unidad contrariada, una máquina polifacética, que se ubica más próxima a la crítica desde la izquierda. Una figura compleja pero que sin lugar a dudas exige al lector un reclamo intempestivo, una posición que rechace o acepte acríticamente desde ya, los lugares comunes.


(1) Nace así una ciencia basada en la certificación burocrática administrativa, buscando el alcance hegemónico de los certificados y la devoción de la cuantificación de los datos, nunca neutros ni ingenuos. También vale recordar antecedentes, intencionalmente olvidados, por mencionar, un bastión de influencia concreta antiimperialista ya en la reforma universitaria muy crítica con la ciencia instaurada de Germani. Véase con más detalle un estudio crítico, polémico desde ya: “Ciencias sociales y marxismo latinoamericano”; Autor, Néstor Kohan; Editorial La Llamarada; 2015.

(2) Se trata de un video del  11 de abril 2009. Donde dialogan Gabo Ferro y Osvaldo Bayer juntos. Fue subido en este año 2020. Del Ciclo inconcluso:

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