Miners Benefit de 1978 (Parte I)

Hacia fines de 1970, en Estados Unidos reinaba un clima enrarecido producto de una crisis económica que había sumergido a la gran potencia en una situación absolutamente desconocida en décadas. En ese clima se venía gestando el movimiento punk de San Francisco. Paralelamente, los mineros de esa región se encontraban en pie de lucha. La Huelga minera y las definiciones políticas del punk, entonces, unieron sus necesidades y fuerzas.

Por Javier Becerra


El mítico sitio web Dementlieu Punk Archive nos cuenta que, durante una presentación de Dils en Vancouver, un periodista que estuvo presente señaló que “lo que están haciendo (los Dils) no debería suceder en Estados Unidos en 1979”. ¿Qué era lo anormal para el periodista? Que los Dils se presentaban con un telón de fondo con las consignas “Free Geronimo Pratt” y “Smash COINTELPRO”. Geronimo Pratt era un miembro de las Panteras Negras acusado de asesinato. El COINTELPRO, un organismo de contrainteligencia clandestino creado en 1956 por el FBI para infiltrar organizaciones políticas o sociales y denunciar y desacreditar a cualquier ciudadano caratulado de “comunista”. Los Dils eran fervientes defensores de la causa por la libertad de Pratt, además de levantar posiciones clasistas en sus letras. Si todo esto sucedía frente a los ojos impávidos del periodista era, precisamente, porque lo que estaba “fuera de lugar” eran los propios Estados Unidos. Para 1979, el “sueño americano” forjado en la segunda posguerra había dejado de existir.


El mismo archivo digital levanta varias e interesantes declaraciones de los hermanos Kinman, bajista y guitarrista de Dils, que nos permiten tener mayor conocimiento sobre la concepción que de la sociedad y de la música tenía aquella banda: “La gente dice que el rock and roll y la política no se mezclan. Yo digo ¿por qué no? La gente cantará sobre lo que les importa. Si les importa la vida, está bien, entonces cantarán sobre eso. Si algunos se preocupan por el amor, las estrellas de rock cantaran ad infinitum, ad nauseum, canciones sobre ello. Si eso es rock & roll pueden tenerlo. Pero no quiero tener nada que ver con ello y la mayoría de las bandas nuevas tampoco”.


Los Kinman se referían a aquel puñado de bandas del incipiente movimiento Punk de San Francisco quienes en 1978 protagonizarían un evento que, aunque modesto, moldearía los contornos políticos y las inquietudes sociales que definiría las características del punk de la Costa Oeste: el Miners Benefit, un show en solidaridad con la histórica huelga de los mineros de Kentucky y de toda la región de los Apalaches. Como dijo alguna vez Howie Klein, fundador de 415 Records y activista por la causa de Harvey Milk “si querías ser parte de los chicos geniales de San Francisco, tenías que estar en el asunto de las acciones solidarias”. Claramente, el Punk de San Francisco abandonaba las preocupaciones endogámicas y locales para volcarse a inquietudes más generales en el orden de lo político, social, e incluso de la convulsiva geopolítica del momento. La acción en solidaridad con la huelga minera reforzaría todo ese panorama.


Dils, retomando a Dementlieu Archive, desarrollaba un corpus de ideas en torno a lo político que merece ser conocido antes de adentrarnos en las características de la huelga minera y de la organización del Miners Benefit: “…cuando encuentras gente como Paul Weller de The Jam diciendo que ‘su música no es política, es social y no cantamos sobre la política, cantamos sobre la gente’, ya sabes cual es la diferencia. La política es la gente. Para algunas personas probablemente la política es un estante lleno de libros. Eso no es política, eso es academia y eso es literatura económica. La política es gente y la política es social…Nuestra posición política se reduce al hecho de que a nadie, y con eso me refiero a todos en general y a nosotros en particular, le gusta como están las cosas en este momento. Hablando por mí mismo no he leído nunca un libro de Marx. No he leído nada de Lenin o Trotsky, ni nada de eso. Solo decimos cosas que son de sentido común. Vemos algo mal, vemos gente pisoteada, incluidos nosotros mismos, y cantamos sobre eso”.


El Miners Benefit de marzo de 1978 en el Mahubay Gardens contó con la participación de Dils, The Nuns, Crime, Mary Monday, Muyants, Negative Trend, Magister Ludi, Tuxedomoon, entre otros. Howie Klein, quien había estado viviendo un tiempo en Inglaterra, ya había regresado a Estados Unidos sumamente estimulado por el movimiento punk londinense, especialmente por el RAR (el festival multitudinario contra el racismo y el fascista Frente Nacional). Fue él quien convocó a las bandas a reunirse y discutir una acción solidaria en apoyo a la huelga minera que había comenzado en diciembre de 1977 por la United Mine Workers y que ya alcanzaba ribetes nacionales.


Existía una enorme campaña de todos los medios periodísticos de la época contra los mineros y sus reivindicaciones. Todo el país vivía un clima enrarecido producto de la crisis económica que había sumergido a la gran potencia en una situación absolutamente desconocida en décadas. En ese clima se venía gestando el movimiento punk de San Francisco. Como decía John Gullai de Mutans en las “line notes” de la versión discográfica del “Miners Benefit” lanzado en 2003 por White Noise Records: “En los primeros días creo que había una atmosfera más política. La gente tenía la sensación de que iba a cambiar algo. Estaban haciendo una declaración. Las personas se conocían y salían por una causa. Estaban sucediendo muchas cosas y la música era el punto focal para manifestarse”.

El 10 de mayo, la reunión de Klein y el punk definió finalmente el lanzamiento de la acción solidaria. Todo lo recaudado serio donado al fondo de huelga de los mineros. Con esto, además, se quebraba la Ley Taft-Hartley, de la que hablaremos más adelante, que penaba cualquier ayuda económica por parte de terceros a cualquier tipo de huelga.


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